Funciona como un restaurante y un lugar de encuentro feminista. Además de ser un espacio para comer y beber, en este sitio se organizan charlas, proyecciones de películas, talleres, exposiciones y fiestas en torno al feminismo y la equidad de género.
También se dan clases de vogue, hay sesiones de perreo y ciclos de cine queer para fomentar el respeto a la diferencia y trabajar la deconstrucción de las identidades impuestas por el binarismo hombre-mujer.
La comida que se sirve es vegana y la música siempre es guapachosa. Todo tiene un ambiente festivo, sin olvidar que también es un espacio para la reflexión y el activismo contra la misoginia, la transfobia y la lesbofobia.
Ubicado en el centro de la ciudad, los alrededores mantienen una atmósfera de barrio. Se dice que es un lugar libre de machos.