PICS, la plataforma de fotografías agrupadas por emojis

Un género clásico, inacabable. Los autores que se aventuran a explorarlo destacan por sus propuestas directas, en particular las de Luis García, Nelson Morales y Francia Aguilar.

En su libro Gender Trouble, Judith Butler aborda la teoría queer como un conjunto de ideas y prácticas que consideran a las identidades como algo en constante flujo. En el arte, lo queer, castellanizado como “cuir”, tiene características visuales que dotan de significado a las obras en su momento y lugar específicos, con lecturas disidentes y emancipadoras. En PICS destaca la obra de Anne Beentjes y Angelo Merino.

En este apartado se encuentran las obras que no son otra cosa que puestas en escena que retan el papel de la imagen como vehículo de la verdad.

Los autores que abordan esta corriente nos hacen cómplices de micromundos que se desbordan hacia nuestro espacio, arrastrando consigo una serie de reflexiones sobre la posición de la fotografía como documento. Destacan las obras de César López, Ilán Rabchinskey y Orlando de la Rosa.

En las propuestas vertidas en esta categoría nos enfrentamos con visiones no romantizadas de la relación madre-hija. Como en el trabajo de Abigail Marmolejo que navega entre lo cotidiano y la barrera de lo público-privado; o el caso de Claudia Lopez Ortega, cuya serie El paraíso es una suerte de diario que, en complicidad con su hija, nos muestra una imagen nostálgica de la niñez y su paulatina desaparición.

Las construcciones culturales en las que participamos son el fenómeno de estudio de esta categoría. Se reúnen propuestas que abordan una multiplicidad de roles que, en tándem con la cámara fotográfica, crean imágenes que cuestionan los conceptos del yo. Recomendamos prestar atención al trabajo de Melba Arellano, Manuel Parra y Antonio Lozano.