Pasaron más de cien años para que Diego Rivera y Pablo Picasso volvieran a encontrarse, esta vez en la exposición Picasso y Rivera. Conversaciones a través del tiempo, un recorrido de más de 100 piezas que explora la idea de una influencia mutua y una evolución paralela en la obra de ambos.
Picasso ya había revolucionado el arte con el cubismo cuando conoció a Rivera en Europa, el mexicano se convirtió en su amigo y discípulo. Sin embargo, todo concluyó cuando Rivera acusó de plagio a Picasso al usar elementos de su Paisaje zapatista en la obra Hombre apoyado en una mesa.
En esta exposición, del Museo del Palacio de Bellas Artes, presenciaremos las coincidencias y divergencias de estos dos grandes artistas del siglo XX a lo largo de cinco módulos que presentan sus inicios como estudiantes en sus respectivas academias de artes, la corriente cubista a través de los ojos de Rivera (quien introdujo colores no utilizados antes), así como las composiciones de estos genios que reinterpretaron sus orígenes clásicos: la escultura ibérica y grecorromana en Picasso y el arte precolombino en Rivera.
Bajo el concepto curatorial de Diana Magaloni y Juan Coronel Rivera, la muestra fue planeada en conjunto con el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles (LACMA), en donde permaneció más de cinco meses con gran éxito. Para la versión mexicana verás piezas que no fueron expuestas, además de creaciones de artistas que inspiraron a ambos pintores. La exhibición vislumbra un puente entre dos continentes y dos hombres que se retroalimentaron estética e ideológicamente.
Tras su desencuentro, Rivera regresó a México y se convirtió en uno de los principales exponentes del muralismo, dicen que es cuando el español volteó la mirada a este trabajo con referencias políticas y coincidentemente desarrolló una de sus obras maestras que denuncia el terro de la guerra: Guernica.
Debido a la demanda, la muestra extenderá su horario los miércoles, viernes, sábados y domingos hasta las 9pm.
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