No sound of water,
Foto: Cortesía Arte Abierto

Reseña

No Sound of Water

4 de 5 estrellas
Una instalación inmersiva y de gran formato que te adentra a una realidad aislada y llena de sal
  • Arte, Instalación
  • Crítica de Time Out
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Time Out dice

Arte Abierto en la Plaza Artz Pedregal nos ofrece una experiencia inmersiva que apela a la reflexión acerca del actuar del ser humano en su entorno. Lo hace por medio de una instalación y un video: No sound of Water y Terminal Beach, respectivamente, del Colectivo Troika, constituído por los artistas Eva Rucki, Conny Freyer y Sebastian Noel.

En combinación armónica, las dos piezas, dialogan y proporcionan al lector los elementos hacia varias interrogantes: ¿Nuestro paso por el mundo nos llevará a un escenario desolado e inhóspito?, ¿los avances tecnológicos nos conducirán a la descomposición de la Tierra?

Para acceder a la instalación No Sound of Water el visitante tiene que recorrer un largo pasillo —un túnel con efectos sonoros y lumínicos— que desemboca en un imponente espacio: una gran sala con paredes blancas. La superficie está cubierta de una especie de arena blanca, que aunque a simple vista no se aprecia su constitución, evoca a la nieve. Es un escenario que intenta emular, probablemente, un espacio gélido, pero que no lo es. Es un espejismo, ya que como lo dicen sus autores, se trata de un “ecosistema ficticio'', pues en realidad es sal esparcida por toda la superficie.

El espacio, en sus dos extremos, uno da cabida a una cascada, o por lo menos, algo que a lo lejos parece serlo. Cuando el visitante se acerca, se dará cuenta que no se trata de ningún líquido, sino de la misma sal que brota desde lo alto de un dispositivo (máquina de procesamiento industrial) y que cae en gran cantidad simulando agua. Al mismo tiempo, también se percibe el efecto a la vista de un reloj de arena. No hay líquido alguno, de ahí el título de la pieza, que juega con esa añoranza y con la desesperanza de lo desolado y paradójicamente árido del lugar, idea a la que pretende llegar el colectivo Troika.

Del otro lado, el video Terminal Beach, de cuatro minutos de animación computarizada, expone la acción de una máquina (un brazo robótico accionando un hacha) que tala un árbol en medio de lo alto de una montaña. Una toma cenital y otras que simulan la perspectiva del propio árbol, pretenden generar la idea de la destrucción de la faz de la tierra hecha por dicho brazo robótico, que representa la acción humana, la tecnología, el progreso, etc. Las imágenes se acompañan de sonidos de rayos, vientos solares y tormentas geomagnéticas, que fueron captados como ondas de radio por la Prospección Antártica Británica.

No Sound of Water es una interesante y provocadora propuesta con un argumento ambicioso, que requiere, como muchas piezas de arte conceptual, conocer información adicional acerca de los planteamientos de los autores. No obstante, la pura inmersión de la pieza resulta inquietante y seguramente despertará la curiosidad suficiente para llegar a la intencionalidad de los artistas. En el caso del video, éste logra transgredir con más facilidad, su mensaje es contundente al hacer explícito y verosímil un escenario apocalíptico que impacta a la vista y conduce a la reflexión.

El recorrido es breve, pero la experiencia, sobre todo por la reflexión que provoca, vale la pena. Este proyecto pone a la sal como agente de la evolución cultural y como protagonista del drama que es la dominación mundial. El trabajo de Troika ha sido presentado en el ZKM y Karlsuhe en Alemania; el V&A Museum y la Tate Britain en Londres; el Art Institute of Chicago; y el MoMA en Nueva York, entre otras instituciones.

Recomendado: Art Nights Dreams, una experiencia digital inmersiva y audiovisual sobre los sueños.

Detalles

Dirección
Precio
Gratis
Horas de apertura
Mar-dom 12-7pm
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