A la artista Nina Beier no le atemoriza decir que es acumuladora. Colecciona ropa interior, huevos de mármol y semillas gigantes. Esta obsesión por los objetos parte de un interés por cuestionar el valor, el trabajo y la mercancía. ¿Qué hace valiosas a las cosas para nuestra sociedad? Ahora su obra llega al Museo Tamayo en la exposición Casts, que trae una serie de performances que nos han sorprendido y que creemos deben desatar algunas conversaciones.
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Los performances
La parte fascinante de Casts es que busca romper con los límites tradicionales de la escultura y la performance. Integra obras en el muro y en el suelo que dialogan entre sí, la exposición crea un espacio dinámico donde la interpretación y la interacción cobran vida.
Por ejemplo, verás desde un hombre llorando sobre el muro de la escalera; a gemelas que se copian los movimientos, y maestros de yoga que hacen su rutina en medio del espacio sobre unos tapetes persas.
Pero sin duda el performance más llamativo (y controversial) será “Tragedy”, donde un grupo de perros entran desde el parque Tamayo hasta la sala de exhibición y se hacen los muertos sobre los tapetes durante 10 minutos. Se presenta los martes, viernes, sábados y domingos al mediodía.
Estos performances no son meros actos de entretenimiento, son elementos críticos que explotan la funcionalidad (y valor) de los objetos expuestos, transformándolos en parte de una escenografía viva. Además, aplaudimos que hoy por hoy el Tamayo es prácticamente el único museo que se atreve de forma clara y decisiva a hacer estas actividades.
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Las obras
Lo que nos deja muy claro todas estas obras y actividades es que Beier desafía la percepción del espectador sobre la escultura, sugiriendo que no es un objeto estático, sino una entidad que existe en relación con el espacio y el tiempo. La dualidad de la práctica artística de Beier se refleja en el título de la exposición, "Casts", un término que alude tanto al proceso escultórico de fundición como a la asignación de roles en una audición teatral.
Hacemos especial énfasis en el “jardín” interior que han instalado. A la vez la obra Tragedy creemos que debe desatar conversaciones sobre cómo usamos o explotamos el medioambiente para nuestro disfrute. Eso sí, lo vemos mucho más coherente y menos violenta que la exposición de Damien Hirts en el Museo Jumex.
Conclusión
Creemos que es un recordatorio de que el arte no solo se encuentra en la obra final, sino también en el proceso de creación y en la interacción con el público… u otras entidades. También la vemos como una celebración de la escultura contemporánea y su capacidad para evocar nuevas formas de ver y experimentar el arte. Beier nos invita a reflexionar sobre la naturaleza del arte, su lugar en nuestro mundo en constante cambio y donde el valor de mide -más que nada- en el poder de compra.
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