Algunos podrían decir que la historia de Tarik Kiswanson es una mezcolanza. Nacido en Halmstad, Suecia, de ascendencia palestina, y trabajando en París; su obra habla de la migración, del nomadismo, del desplazamiento de un contexto a otro, se cuestionan las fronteras, tanto las geopolíticas como las sociales. Vemos reflejadas en sus piezas el proceso de crecimiento, las transiciones de la niñez a la adolescencia. Ahora podremos ver por primera vez su obra en México gracias a que el Museo Tamayo prepara la exposición Nido, te contamos algunas de las obras que podrás ver y la narrativa de Kiswanson.
Las ideas e inspiracones de Kiswanson
Kiswanson referencia a los escritos de Édouard Glissant, un poeta y ensayista francés que nació en Martinica, y que creó los conceptos de “criollización” y de “Todo-Mundo. El primero se refiere a un “mestizaje consciente de sí mismo”, y el segundo es el espacio global donde se procesan los intercambios debidos a la “relación”; se define como “el universo que cambia y perdura intercambiándose y la visión que tenemos de este universo”. Estas ideas se trasladan al trabajo de Tarik en tanto que vemos a siluetas de niñxs que parecen buscar a tientas los confines del espacio que los contiene. Si el universo es cambiante y el espacio global, las fronteras se vuelven difusas e indistinguibles, y eso mismo se ve en la obra “The Window” que se expondrá en el Tamayo.
La que quizá sea la obra más vistosa de Nido
Otra obra relevante que trae el museo es The Ear That Hears Me (El oído que me escucha), 2017, un performance donde diez niñxs se mueven entre delgadas cuchillas de metal de cuatro metros de altura, suspendidas del techo y raspando el suelo. Los niñxs los tocan y corren a su alrededor, mientras recitan textos sobre los temas del amor, el perdón y el exilio.
Esta es la primera exposición del artista en latinoamérica, algo relevante en tanto que vivimos en un continente tan marcado por el mestizaje y la migración, temas que pasan transversalmente su obra.
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