Este lugar lo mandó construir Porfirio Díaz exclusivamente para la investigación, difusión y docencia de la geología. Esta ciencia estudia detalles tan atípicos como la distancia que recorre una tortuga en 15 minutos o el volumen que acumularía en un millón de años una gota de agua por segundo. ¿Algo así como el Azteca? ¡Déscubrelo visitando este recinto!
El edificio tiene un ligero desnivel hacia la izquierda; sin embargo, conserva la misma estructura desde su inauguración en septiembre de 1906. Por ejemplo, su fachada labrada en roca volcánica o bien, sus fósiles de amonitas (moluscos fosilizados en forma de espiral).
Después de ver la gran escalera hecha en Alemania pero armada y recubierta en México, en tu recorrido no puede faltar una visitar al fósil de un mamut hallado en la carretera México-Puebla en 1926.
Encontrarás tres salas dedicadas a la Tierra, petrología y mineralogía. Cada uno de los espacios tiene una descripción de qué estudia, para qué nos sirve y cuál es la importancia en la vida diaria.
Es un museo para aquellos que no pusieron atención en la clase de ciencias naturales, pues con videos, maquetas y juegos explican el funcionamiento del planeta y sus minerales. Cada mes se organizan conferencias, pláticas, talleres y documentales.