Todo inició con un pastel. Marithé de Alvarado, quien fundó el Instituto del Arte Mexicano del Azúcar en 1959, innovó la técnica para decorar pasteles al utilizar el azúcar como materia prima de su arte.
En su casa nos comparte algunas de sus piezas más famosas; unas miden dos metros de alto, otras apenas unos cuantos milímetros. La exposición se encuentra al interior de su casa, donde ha vivido desde la década de los cincuenta.
El museo abrió sus puertas en 2012, año en el que Marithé cumplió 75 años de carrera. Actualmente exhibe piezas en excelente estado que datan de los años cuarenta junto con algunos de sus últimos trabajos. El Maram es único en su género. En él se recopila la evolución que ha tenido el arte mexicano en azúcar desde el siglo pasado hasta la actualidad, que recae en el singular trabajo artesanal de Marithé.
“He recorrido el mundo con un granito de azúcar, llevando el nombre de México a muchos rincones de la Tierra”, comenta Marithé, quien deja en alto el impacto que su enseñanza ha tenido a nivel internacional.
El recorrido por el museo es un viaje en el tiempo. Las paredes de la casa están tapizadas de fotografías y reconocimientos que ayudan a recrear la trayectoria de Marithé. Asimismo, los muebles y los utensilios de cocina antiguos le dan un aspecto vintage al museo.
La primera parada es una muestra de sus trabajos más antiguos, como una réplica de la Torre Eiffel que realizó en 1937, cuando sólo tenía 17 años; y la Iglesia de Dolores, que hizo a petición del Instituto Nacional de Bellas Artes para conmemorar el 175 aniversario de la Independencia de México. Estas representaciones le dieron la vuelta al mundo y se convirtieron en las primeras piezas de azúcar con sentido arquitectónico.
Aunque son comunes las figuras de edificios, también son recurrentes las representaciones de mujeres de épocas pasadas. Por ejemplo, Morisco emula una escena de un grupo de mujeres orientales que danzan. Es la pieza maestra de Marithé, ya que en ella se reúnen sus habilidades tanto arquitectónicas como escultóricas.
Las puertas de su taller están abiertas a todo el público. No olvides preguntar por los cursos de técnicas como fondant, pastillaje y muchas otras mezclas, que ella misma supervisa.
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