Una vez que cruzas el umbral para entrar en la antigua casona de arquitectura colonial, cuya construcción data del siglo XVI, lo que captará por completo tu atención es la majestuosa fuente de estilo barroco que engalana el patio central.
La fuente de riscos, adornada con platos, esculturas, espejos, pedacería de porcelana y concha nácar, deslumbra con sus destellos y gran colorido. Cada una de sus piezas guarda una historia, como los platones de la dinastía Ming o la cabeza de búho que representa sabiduría.
Este maravilloso lugar fue rescatado por Isidro Fabela, quien se dio a la tarea de restaurarlo y guardar en sus muros piezas de arte sacro y barroco del siglo XVII, XVIII y XIX, así como una serie de lienzos que actualmente forman parte de la colección permanente del Centro Cultural. En 1958 donan la casa con todo el mobiliario y la biblioteca personal de Fabela, siendo el primer museo cedido por un particular.
El museo consta de siete salas divididas de forma temática. La primera está dedicada al arte barroco religioso y se pueden observar imágenes de santos, un lienzo de la Virgen de Guadalupe, de Miguel Cabrera, y piezas ornamentales. El arte religioso europeo es resguardado en la segunda sala. Sobresalen los lienzos y piezas textiles.
La sección de arte barroco civil destaca por el mobiliario tallado en maderas preciosas. También está el salón dispuesto a exhibir pinturas y retratos de nobles y reyes, y las últimas salas son el comedor de la familia Fabela, en donde se pueden observar sus muebles y porcelanas y el estudio de Isidro, en el que se lucen todas las condecoraciones del escritor y diplomático mexiquense.
Otra de las atracciones de la casa es el mirador ubicado en el tercer piso, desde donde se puede observar todo San Ángel. Dentro de las actividades del centro cultural se permite el acceso al archivo bibliográfico y también se ofrecen talleres de artes plásticas para toda la familia y cursos de lenguas indígenas. El calendario va modificándose cada mes y lo puedes consultar en su sitio web.