Foto: Alejandra Carbajal
Foto: Alejandra Carbajal

Mexicollage

El arte de recortar y pegar está reviviendo gracias a un nuevo colectivo mexicano. Platicamos con los artistas que integran Mexicollage

Publicidad

¿Qué hacen en una misma imagen una congregación de hombres con turbante, la luna y un molusco? En el plano del collage todo es posible. La técnica inspirada por experimentos cubistas y dadaístas existe desde hace más de un siglo (en 1912, Picasso y Braque acuñaron el término) y, aunque nunca desapareció, ahora está recobrando auge.

Como una escena de los veinte en un taller de artistas de Europa, si te asomas por la ventana del Ovnibus Roma (una mediateca pública ubicada en un trolebús rehabilitado), verás volar tijeras, pegamento, postales, monografías, libros antiguos y papel, mucho papel, así como seis jóvenes artistas que tienen algo en común: hacen collage de manera análoga. Se reúnen una vez por semana para trabajar en conjunto, bajo el nombre de Mexicollage.

El colectivo se fundó en 2014, cuando Andrés Gamiochipi convocó a otros creativos interesados en esta forma de arte a través de redes sociales. "La idea me surgió al saber que hay colectivos en otros países, como Collage Collective Co, en Nueva York", comenta. El nacimiento de grupos dedicados al collage, como la Sociedad de Collage de Madrid o el Brooklyn Collage Collective, ha permitido en años recientes que el arte de recortar y pegar vuelva a hacerse presente en galerías, publicaciones de diseño y exposiciones.

Influenciados por la corriente surrealista, los integrantes de Mexicollage, Andrés Gamiochipi, Ana Noble, Aricollage (Arizbeth Chávez), Andrea Rodríguez, Guido Floyd y Mayel Osnaya, buscan crear piezas de manera grupal, anónima, espontánea y lúdica. "Si unes más cabezas, se hacen cosas más grandes. Vi que hubo un boom en collage; en lugar de competir con otros, ¿por qué no hacer cosas juntos?", menciona Andrés.

Juntos pero no revueltos

Intercambian recortes, comparten viejas y nuevas técnicas y se nutren de la opinión de todos para cada pieza. El resultado es un trabajo interesante, original y de alto impacto. Muchas de las piezas se colocan a la vista de todos a través de internet. El año pasado realizaron una pequeña muestra en Valentina Café de Especialidad, en la Cuauhtémoc.

El trabajo colaborativo no impide que cada uno desarrolle sus propios temas. Andrés, Ari y Andrea suelen crear imágenes de temas espaciales y futuristas. Ana colecciona libros antiguos y le atrae mucho lo etnográfico. Ari hace piezas que recrean su infancia. "Es una manera de conservar recuerdos. Tengo muy pocas memorias de mi infancia; sin embargo, trato de reconstruirlas a través del collage".

Andrés piensa que esta fascinación por lo antiguo también habla de cierta nostalgia. "Ahora se están retomando los sesenta y setenta en la moda, en la música, en todo. Es una forma de conectarnos con aquello que no nos tocó. Reinterpretar la historia". Armados de herramientas que las generaciones más jóvenes ya casi no usan (tijeras y pegamento), los collageros dedican horas a hojear publicaciones en bazares y librerías del Centro en busca de tesoros de papel.

Recortan personajes, animales y objetos para reacomodarlos en nuevos escenarios y contextos. Andrés comenta, "El collage no sólo está en el papel, lo puedes ver en todos lados, incluso en las noticias. Lo rico es leer las imágenes como palabras para al final hacer una oración".

Mexicollage.
Ovnibus Roma. Orizaba esq. Antonio M. Anza, Roma. Metrobús Álvaro Obregón. Facebook: Mexicollage. mexicollage.tumblr.com

Recomendado
    También te puede gustar
    También te puede gustar
    Publicidad