Cuando tenía 15 años, María Antonieta Canfield empezó dibujando retratos de extraños en la calle. Luego comenzó a viajar, y en Bélgica, a los 26 años, descubrió y se enamoró del collage y la pintura mural. Hoy, a sus 35 y en la CDMX, es quizás la única artista en Latinoamérica que hace murales a rápel.
María Antonieta Canfield utiliza los arneses, los cascos y, sobre todo, la autosuficiencia y empoderamiento que le da el rápel para plasmar en gran formato mundos en los que animales y figuras humanas son rodeados o invadidos de naturaleza. “Hago una especie de naturalismo surreal monumental… Me gusta hacer murales de sueños que hablen de la naturaleza”, aclara la artista mexicana.
Platicamos con María Antonieta Canfield sobre su carrera y su participación en Graffitits, la serie de murales que Time Out México coordinó en la CDMX para motivar a la autoexploración y diagnosticar a tiempo el cáncer de mama.
Foto: Alejandra Carbajal
¿Cómo te sientes de participar en esta serie de murales sobre el cáncer de mama?
Yo soy amiga de Celine (DEMO AC), me dio mucha emoción que estuviera organizando murales con causa… Yo vivo a una cuadra de la clínica de cáncer de mama del IMSS y ya tenía vistas las paredes (entre risas), porque creo que es un tema muy interesante y que vale la pena.
Foto: Alejandra Carbajal/Comedor Lucerna: Lucerna 51, Juárez.
¿Qué es lo que más te entusiasma del espacio que te tocó (Comedor Lucerna en la Juárez)?
Lo que me gusta es que hay mucha gente que pasa, el espacio que me dieron es un formato alto y alargado y la maqueta que hice tiene que ver con mujeres reales normales, con esos cuerpos femeninos que no se castigan; gorditas, sensuales, que están desnudas. Me gusta la idea de que podamos representar estos cuerpos en el espacio público, y que el mural vaya a desmitificar un tipo de belleza y al mismo tiempo apoyar una cosa que tenemos que tener todas las mujeres en mente (cáncer de mama).
Foto: Cortesía de la artista
¿Crees que el arte puede salvar vidas?
Claro. El arte ha salvado a comunidades enteras, el arte siempre nos ayuda a desahogar nuestros miedos, nuestros demonios, al transformar nuestras energías. Si enfatizamos en una cultura del arte y en una formación artística, podemos evitar que las emociones negativas se encierren dentro de la gente.
Te gustan mucho los animales…
Me gustan mucho los jaguares, los pájaros, las mariposas. También me gusta retomar la importancia de los animales sagrados; todos los animales tienen un carácter y una anécdota en ese carácter que nos enseñan cosas, como las mariposas que tienen ese carácter de libertad y los pájaros de movimiento. Me encantan las ballenas… la idea de la que hice es que nos haga pensar en el tamaño de una ballena real.
Foto: Cortesía de la artista
¿Qué encuentras en el arte urbano que no hallas en ningún otro soporte, como el grabado y la serigrafía que también haces?
Lo que me gusta es el reto físico que conlleva. Tienes que tener una concentración total, es como correr un maratón… cuando estás haciendo una pieza monumental toda tu energía está concentrada en eso.
Es como si regalaras tu obra y cada persona que la ve la interpreta, la absorbe y la disfruta de una manera diferente, le das chance a la gente de recibir obra fuera de los lugares clásicos.
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Eres de las pocas artistas que hacen su obra a rápel, ¿qué me puedes decir de esto?
Necesitas mucha concentración, cierto conocimiento y un estándar de valentía más allá de lo normal, tu mente necesita controlar completamente tu cuerpo. Me gusta hacer murales a rápel porque cuando yo empecé en el arte urbano era difícil como mujer tener un espacio y ser la única muralista rápel en Latinoamérica me permitió ganarme un espacio que los otros artistas no tienen tan fácil.
Yo puedo hacer un mural de la talla que quieras sin necesitar una producción, y esta sensación de autosuficiencia fue la que me llevó a hacer trabajo vertical.
María Antonieta Canfield. IG: @antonietacanfieldart
