El 2017 recibimos exposicines de fotografía como La parte más bella, muestras que nos sorprendieron como la de Theo Jansen y la instalación de Alejandro González Iñárritu y Emmanuel “el Chivo” Lubezki Carne y arena. Algunas otras fueron tan concurridas y exitosas que se colaron en nuestro listado, como FILUX. Repasa lo mejor del año con nuestra selección.
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Leonardo Da Vinci, el pionero del renacimiento italiano; artista, músico, inventor y anatomista, figura que creó un nuevo mundo en pintura y resumió su talento en ciencia pictórica. ¿Habrá manera de revivir el espíritu renacentista de este genio en pleno siglo XXI? La Fundación Sophia decidió hacerlo: por primera vez en México llegó esta exhibición en homenaje al hombre universal.
El primer cuadrante de la ciudad se vistió nuevamente de luces, colores y una amplia variedad de disciplinas que convivieron para disfrutar por cuarta ocasión del Festival Internacional de las Luces México (FILUX). Gracias a este festival, el Centro se convertió del 16 al 19 de noviembre en un espacio de exhibición de arte hecho con el lenguaje de la luz. Instalaciones, mappings y videoarte de artistas nacionales e internacionales.
La exposición sobre el cineasta Stanley Kubrick, que por fin llegó a la CDMX tuvo como sede la Cineteca Nacional, y contó con maniquies del icónico ropaje de la cultura pop que vimos en La naranja mecánica. A lo largo de la exposición, organizada por el Deutsches Filmmuseum, vimos vestuario, fotografías, guiones, maquetas, proyecciones y más elementos que formaron parte de las creaciones del cineasta y que pertenecen a la colección de la familia Kubrick y a otros acervos de coleccionistas privados.
El artista cinético es una figura peculiar en el panorama del arte contemporáneo. Sus “criaturas mecánicas” son particularmente populares ya sea por la majestuosidad de su construcción, sus movimientos articulados y su relación entrelazada entre tecnología y arte. Hay una obviedad en su trabajo que nos asalta cuando lo miramos: son obras producto de un intenso trabajo manual casi artesanal; pero también de un proceso científico. Un cruce entre investigación y experimentación con la materia.
La muestra colectiva reunió 44 piezas elaboradas con diversas técnicas como dibujo, collage o escultura a partir de materiales como cartón, papel, madera y piedras. Contó con trabajos de artistas nacionales e internacionales, entre ellos: Ana Bidart, Ulises Carrión, Hanne Darboven, Helen Escobedo, On Kawara, Gabriel de la Mora, Sebastián Romo e Ignacio Uriarte. Los brasileños Paulo Monteiro y Mauro Piva expondrán por primera vez en México.
FORMASOBREFONDO fue una reflexión acertada sobre cómo se trastocan las normas del formalismo estético y la noción de autonomía artística en un entramado económico, social e histórico del cual emergen.
Una red de líneas que se intersectan no fue una exposición cualquiera. Se trató de un proyecto curatorial que creó diálogos entre obras que pertenecen a la colección ESPAC con piezas de artistas emergentes. El curador Esteban King, encargado del programa de nuevas propuestas de Espacio de Arte Contemporáneo, fue el encargado de estructurar esta peculiar exhibición: “la muestra trata de salirse un poco de las convenciones, tanto con el espacio, con el tipo de acomodo de las obras y los diálogos entre ellas. Nuestro programa se mueve en esa dirección, no sólo dar a conocer a artistas jóvenes sino también dar nuevas propuestas de cómo funciona una exhibición y qué se puede hacer en el campo expositivo”, señaló King.
Aunque no lo creas, el arte estadounidense le debe muchísimo al grabado. Por eso la Galería Nacional de Arte de Washington cuenta con una nada despreciable colección de casi 22,500 grabados de diferentes artistas de múltiples nacionalidades. Esta exposición que alojó el Museo Antiguo Colegio de San Ildefonso dió un viaje por 144 obras, que forman parte de la colección del recinto estadounidense, para mostrar cómo ha evolucionado el grabado como un género artístico y a la par de la historia de los Estados Unidos de América.
“Me pinto a mí misma porque soy lo que mejor conozco”, esta frase dio nombre a la muestra Frida Kahlo. Me pinto a mí misma, que representó el retorno a casa (por tiempo limitado) de las 26 obras de la artista mexicana que forman parte de la colección del Museo Dolores Olmedo más otras 10 piezas prestadas por parte de colecciones privadas. Nacida el 6 de julio de 1907, la vida de Kahlo estuvo marcada por el dolor y la fama.
Organizada por el Museo de Arte de Filadelfia y el Museo del Palacio de Bellas Artes, tomó su nombre del título del ensayo ¡Pinta la Revolución! (1927) del novelista estadounidense John Dos Passos, y también se inspiró del espíritu de diálogo e intercambio cultural con Estados Unidos. Fue uno de los proyectos más exhaustivos en torno al arte moderno de México, al revisar cuatro décadas, de 1910 a 1950.
El Museo Jumex creó una muestra que indagó en el legado de uno de los artistas más influyentes. Bautizada como Andy Warhol. Estrella oscura, esta exhibición estuvo a cargo del curador independiente Douglas Fogle, experto en la carrera del artista que trabajó en instituciones como el Walker Art Center en Minnesota, y que desarrolló el proyecto durante los últimos tres años en conjunto con el equipo curatorial y de registro del museo de la Fundación Jumex.
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