De toda historia, se quiera o no, se extrae un conocimiento, un aprendizaje o una moraleja. Esto último es lo que parece surgir ante la visible crisis que ha afectado al sector editorial: Una moraleja plena de libros, objetos y momentos. En medio de un caos en el que más de una editorial y más de una librería se han visto amenazadas de cerrar, La Moraleja abre sus puertas para enfrentar a un mundo cambiante no desde la moral, pero sí desde las palabras albergadas en sus estanterías.
Ubicado a un costado del Cine Tonalá, este local de vidrio y madera, que ya existía como librería, toma un nuevo aire con el objetivo. “Será una librería híbrida, de libros nuevos de editoriales independientes y usados (de viejo o segunda mano). Primeras ediciones, ejemplares firmados, máquinas de escribir antiguas y café. Podrás venir a sentarte, leer y tomar café”, comenta Erik Fonseca, librero, editor y dealer de café.
Erik está a cargo de este local que se fundó en 2012, por la ya fallecida Alejandra Mora, también fundadora de Casa Mora (ahora Cine Tonalá). Este establecimiento vuelve a abrir sus puertas por la hija de Alejandra, Marcela Lugo, y la gestora cultural y locutora Gina Jaramillo.
La idea es darle una mayor vida a este espacio y por ello, también se proyecta una biblioteca, pero no de cualquier tipo. “Será una biblioteca VIP, que tendrá una membresía anual que incluirá cenas con autores, entradas a eventos del Cine Tonalá, venta exclusiva de material único con descuento, etcétera. La parte de arriba de la librería va a ser usada para talleres, lecturas y presentaciones”, agrega Erik.
La paradoja es clara: una nueva librería en tiempos de crisis cultural. Para sus anfitriones, la respuesta es muy sencilla; La Moraleja es un oasis que busca recuperar la concepción de la lectura colectiva, los contrastes literarios y las aventuras intensas que ofrecen los libros como experiencia. “Es un momento difícil, pero crucial. No podemos generalizar, pero teniendo una buen dirección y organización, los proyectos pueden salir adelante. No sabemos cómo nos irá en un futuro, esperamos que bien, pero se abre en un momento donde creemos que la gente está hambrienta de espacios culturales”, precisa el editor.
Si algo ha resistido y persistido en estos tiempos, es justamente el libro, la lectura, sus hacedores y sus lectores. Esa, precisamente, es la moraleja que quieren hacernos entender con La Moraleja.
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