La maternidad es una experiencia totalmente distinta y sumamente personal para cada persona: para algunas es un deseo profundo, para otras es una etapa más de la vida, para unas más es un proyecto no deseado, y para otras se vuelve cadenas que les impiden desarrollarse de forma plena.
Ana Casas Broda presenta su experiencia con la maternidad a través de la exposición Kinderwunsch, un retrato de los espacios más íntimos y personales que habitó y compartió con sus hijos durante seis años (de 2006 y 2012) y, por tanto, de sus vivencias como madre. El título de la muestra proviene del alemán, que se traduce como “deseo reproductivo” o “deseo de niños”, y que en Austria (de donde es originaria Casas Broda) se utiliza para referirse a la infertilidad.
Además de compartir su experiencia, el trabajo de la artista parte de una provocación y cuestionamiento dirigidos a los temas tradicionales de la fotografía. “¿Por qué se fotografía a la guerra o la política, pero no a la maternidad?”, se pregunta Casas Broda, quien nos recuerda a través de sus imágenes que esto se trata de un tema común y natural, capaz de trascender en el tiempo y las culturas, y que merece ser reivindicado dentro del arte.
Tras seis años de trabajo, sus reflexiones y obras se convirtieron en un libro en el que no sólo narra sus viviencias, sino que nos recuerda que, por más personales que sean, la maternidad y los primeros años son comunes para la humanidad, y por tanto es un tema que transforma y crea identidades, capaz de alterar y mover las vidas de todas las personas involucradas.
Ana Casas Broda deseaba que su muestra (que se ha presentado ya en España, Austria, y en Querétaro) fuera acogida por el Museo de la Ciudad de México, y dice con alegría en los ojos que su deseo se hizo realidad, pues las salas del recinto la acoge como parte del Festival Tiempo de Mujeres dicha muestra del 7 de marzo al 19 de mayo.
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