El artista mexicano con base en Montreal Rafael Lozano-Hemmer es denominado por algunos como “artista electrónico” debido a su pasión hacia las obras lúdicas y las instalaciones que funcionan con mecanismos electrónicos para moverse. Su trabajo lo ha llevado a exponer individualmente en lugares como el MUAC en México y el Museo de Arte Moderno de San Francisco en Estados Unidos, además de ser el primer artista en representar a México en la Bienal de Venecia.
La instalación que Lozano-Hemmer presentó el pasado 26 de marzo en el Museo Memoria y Tolerancia se titula Metrónomos, ocho sogas atadas como las de la horca, pero invertidas. Estas oscilan suave pero notoriamente cada vez que se comete un crimen en contra de la humanidad, por ejemplo, violación, exterminio por hambre y asesinato. Para lograrlo, las sogas tienen un pequeño computador con un temporizador, ambos programados con el promedio anual y mundial de cada uno de estos terribles actos; dando como resultado una lúgubre presencia frente a nosotros.
Foto: Michelle Burgos
En un sentido algo retorcido, las horcas invertidas hacen alusión a figuras antropomórficas, mientras que el movimiento, sinónimo de vida, podría hacer referencia tanto al acto criminal como a la víctima. Sin embargo, no todo es connotación oscura, pues Metrónomos tiene un gran peso curatorial dentro del museo: Si bien, puede resultarte abrumador y triste todo lo que en él se expone, la obra de Lozano-Hemmer también sirve como una conclusión o fin del recorrido, pues de poco nos sirve la historia, las cifras y los actos brutales o genocidas sin una perspectiva, la cual sí aporta esta instalación porque dichas computadoras serán actualizadas cada año con la esperanza de que algún día se detengan; cuando dejemos de cometer crímenes contra nosotros mismos.
Hoy en redes sociales y en la política internacional está de moda pedir perdón por actos brutales de seres humanos contra otros a lo largo de la historia. No sólo políticos han discriminado, violado y masacrado, los crímenes contra la humanidad se gestan a partir de considerar al otro como inferior y creo que no sólo en el pasado encontramos a personas capaces de esta vanidad. Cuando veas esta pieza que estará de manera permanente en el museo, recuerda las veces que pudiste ser mejor persona, pero decidiste no serlo, las veces que agrediste o discriminaste a alguien y las veces que esos mismos actos se cometieron en contra tuya. Y luego pregúntate: ¿qué harás tú para detener esa oscilación?
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