La galería Kurimanzutto alberga una instalación del reconocido vietnamita naturalizado danés, Danh Vo, quien propone un readymade en el que, de manera sutil, conjunta aquello que tiene que ver con sus relaciones cercanas, acontecimientos de la historia, encuentros al azar y confrontaciones con el pasado.
En la galería de la San Miguel Chapultepec se impone una gran estructura que abarca casi toda la sala. Esta pieza muestra objetos aparentemente ajenos, pero que han sido ensamblados con debida precisión por el artista: Estructuras de madera forradas con láminas de espejo conforman una especie de habitación, construcción que posibilita materializar la idea constante de Danh Vo de indagar en el presente para entender el pasado (para mirar hacia el futuro) y unir lo personal con lo oficial.
En su segunda exposición individual en Kurimanzutto, el artista que ha expuesto en lugares como el Guggenheim de New York logra que la memoria se haga de un soporte para que los objetos y elementos puedan asirse, y así permanecer.
A partir de su trabajo artístico, de su reconfiguración y de la intervención, Vo hila elementos que muchas veces son rastros de las interacciones con amigos y familiares (pinturas sobre lámina, fotografías, caligrafía) o que provienen de su perspectiva de la misma historia o sucesos políticos referidos a la historia de Vietnam.
De tal concatenación de objetos emerge un nuevo orden y jerarquía, lo que yo llamaría una suerte de fetiches que, como lo dice el texto de mano de la galería, “no solo forman parte de la practica artística de Vo, sino también de toda su vida; una cadena interminable de asociaciones y referencias que van tejiendo significados”.
De tal conformación, seguramente te surgirá la inquietud de saber qué es lo que hay detrás, cuáles fueron los motivos de.
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