Después de llegar a México, el obispo español Juan Cruz Ruiz de Cabañas y Crespo cumple su sueño de crear un albergue para niños huérfanos. Así es como en 1805 comienza la obra de La Casa de Caridad y Misericordia, de la mano de un alumno de Manuel Tolsá, José Gutiérrez.
En 1810 se inaugura oficialmente, pero a los pocos meses se convierte en cuartel militar ya que estalla la Guerra de Independencia. En 1874, con la Guerras de Reforma, se expulsa del país a las Hermanas de la Caridad y el gobierno toma posesión del inmueble.
Después de sufrir varias remodelaciones, en 1945 es oficialmente nombrado como Hospicio Cabañas, en honor a su creador. Durante los ochenta es sometido a varias restauraciones y abre sus puertas en 1983 como el Instituto Cultural Cabañas que se dedica a la difusión de arte y la cultura.
Sus 106 salas albergan bibliotecas, un café, una tienda de recuerdos y recámaras en las que se han presentado exposiciones como: Three Rooms de Michael Rovner, Rotación Cósmica a Cincuenta años de la muerte de Dr. Atl y Con los pies en la tierra de Pierre Verger. Además, en sus 23 patios cuenta con algunas actividades como conciertos y teatro para niños.
Lo que resalta del Hospicio Cabañas, y por lo que es muy famoso, son los 57 murales de José Clemente Orozco en la Capilla Clementina. El muralista mexicano trabajó en ellos de 1937 a 1939 y narran la historia de México al retratar como las raíces indígenas, la Conquista de México y el esplendor Novohispano, pero el mural más famoso es Hombre en llamas, que se encuentra en la cúpula central. Tiene una longitud de 11 metros y en ella se retrata a varios hombres prehispánicos rodeados de sangre y fuego.