“Me pinto a mí misma porque soy lo que mejor conozco”, esta frase da nombre a la muestra Frida Kahlo. Me pinto a mí misma, que representa el retorno a casa (por tiempo limitado) de las 26 obras de la artista mexicana que forman parte de la colección del Museo Dolores Olmedo más otras 10 piezas prestadas por parte de colecciones privadas.
Nacida el 6 de julio de 1907, la vida de Kahlo estuvo marcada por el dolor y la fama. Un accidente marcó su salud para siempre fue el detonante para que ella se convirtiera en artista. A 110 años de su llegada al mundo, se realiza esta exposición que exhibe la sensibilidad, los amigos y los temas preferidos por Kahlo. Para entrar a las entrañas de la pintora, hablamos con Josefina García, directora de colecciones y servicios educativos del Museo Dolores Olmedo.
No causa sorpresa la popularidad de Kahlo, en años recientes las ciudades más importantes del mundo han tenido exposiciones sobre ella. En 2016 la colección del Dolores Olmedo estuvo en el Hangaram Design Museum de Corea del Sur y el Museo Fabergé de San Petersburgo, Rusia. Josefina señala: “Frida se ha posicionado a nivel de romper récords si la comparan con exposiciones de Dalí, Picasso, Rembrandt y Van Gough”.
Nunca pinto sueños o pesadillas
André Bretón encasilló a Frida dentro del movimiento surrealista, pero ella nunca coincidió con esta idea. La pintura de Frida retrata su realidad, no lo onírico, pero se vale de lo simbólico. Sobre esto, Josefina explica: “Si tu revisas su diario encontrarás una página donde ella describe los colores y su significado. El amarillo lo asocia a la locura y el verde con la esperanza. También estudió la cábala y retomó elementos de la cosmovisión prehispánica. En La columna rota está completamente destrozada, con el rostro lleno de lágrimas
y su cuerpo de clavitos que representan los dolores que experimentó, pero en el seno izquierdo hay dos más grandes que se refieren al amor o desamor de Diego Rivera. El paisaje está totalmente fragmentado, pero es verde. Entonces, a pesar de que está sola, el verde nos refiere que tiene esperanza. En el horizonte se alcanza a ver un mar, ella decía que era el mar que te podía llevar a través de un barco a Alemania. La tierra de su padre”.
Me pinto a mí misma
El grueso de obras más importante de
Kahlo son los autorretratos, aunque ella comenzó a pintar los rostros de sus amigos, vecinos y compañeros de la Escuela Nacional Preparatoria, los avances más notables en su pintura se dieron cuando ella era protagonista.
Un gran ejemplo de esto es el cuadro Autorretrato con changuito (1945). “Es la Frida que todo el mundo conoce y que se construyó a partir de todas sus experiencias. A veces digo que Frida es como una princesa o reina azteca porque asume una indumentaria muy antigua, se peina con trenzas y flores como si fueran una corona y siempre es ella el motivo de su pintura”, comenta García.
Diego, su gran amor
En la muestra habrá una sección sobre
el muralista. “Rivera está presente con el autorretrato doble Diego y yo, una pieza en la que ves la mitad del rostro de Frida y en la otra a Diego, lo que lleva a pensar que él fue el amor más importante de Kahlo”, apunta Josefina.
Para conmemorar el aniversario de bodas de esta mítica pareja, el museo ofrece una promoción de 2x1 en la compra de dos boletos, o cualquier otro número par con el mismo costo. Válida de miércoles a domingo de 10am a 6pm, hasta el 3 de septiembre.
Toma nota porque no es aplicable en visitas guiadas o en entradas con permisos de fotografía en salas o en renta de audioguías.
Conoce más sobre la vida de Frida Kahlo en estas tres obras.
