Uno de los mayores logros del arte contemporáneo que notamos en los museos de la CDMX es su capacidad para experimentar y transformar los espacios. Un gran ejemplo de esto es la exposición Félix Blume: Variaciones sobre el murmullo en el Laboratorio de Arte Alameda, una muestra que comunica sensorialmente. Sí por la vista, pero sobre todo por el oído y creemos que tiene cosas interesantes para que vayas.
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¿Qué encontrarás en esta exposición?
Está formada por seis instalaciones de cualidad sonora, esto en búsqueda de convertirse en “una suerte de sinfonía donde transitan seis discretos cantos de aquello que pasa en la naturaleza cuando nos detenemos a escucharla”, como nos dice el texto curatorial.
Entonces nos pone en una situación de detenernos, parar el tren y reflexionar sobre todo lo que nos perdemos de nuestro entorno cuando estamos ocupados resolviendo la vida. Cuando permitimos que el silencio nos inunde, es que logramos escuchar ese murmullo.
No se trata solo de cerrar los ojos y oír, ya que lo visual nutre profundamente nuestra experiencia. Las instalaciones se sienten tan creativas como desafiantes, te permiten un par de ellas moverte entre paneles, o estar debajo de una “lluvia de bocinas”.
En contraste con tantas otras exposiciones que llenan su retórica con palabras vacías que no se respaldan por la obra misma, aquí Blume logra algo interesante con los sonidos y, sobre todo, el silencio. Esto último nos parece un acto revolucionario en una sociedad actual sobre estimulada por el consumo visual y auditivo.
Nuestra pieza favorita
Nuestra pieza favorita fue Suite de Chelos, donde en un cuarto a oscuras ves proyecciones de molinos de viento tocando chelos, dándole una pesadez particular a los sonidos del desierto.
De forma general esta muestra propone algo interesante, y sin duda creemos que es de las imperdibles para visitar ahora mismo en la CDMX.
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