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[title]El videoarte es un género que puede resultar difícil de abordar. Desde su concepción, tiene la meta de retar nuestras preconcepciones sobre narrativa, percepción del tiempo y espacio. A diferencia del cine o los cortometrajes (incluso aquellos experimentales), el videoarte no se preocupa por acomodar los cánones sobre historia, diálogo o personajes; en su lugar gira en torno a las posibilidades del mismo medio.
Cuando se popularizó, aproximadamente en los setenta, significó un parteaguas por el salto tecnológico que representó. El trabajo de artistas como Andy Warhol, Peter Campus y Nam June Paik contribuyó a que esta nueva forma de diálogo se integrara al mainstream, retornándolo al curso comercial en forma de videoclips.
En México, Ricardo Nicolayevsky fue uno de los artistas que abrió camino en la escena nacional con su serie de retratos en video de 8 y 16 milímetros Lost Portraits, un testimonio de lo que él llamó la “Generación perdida”. Estamos ante una disciplina en evolución, gracias a los avances en software y hardware, que sirven de referente para nuevas tendencias.
Este mes la ciudad recibe la obra de Anri Sala y Yoshua Okón, dos exponentes contemporáneos de videoarte que no debes perderte.
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