Este periodo artístico en México (1952-1967) luce como un paréntesis histórico, ¿por qué no se había abordado antes?
Porque está en medio de dos eventos artísticos muy importantes que lo opacan: el muralismo (1920-1950) y el movimiento del 68. Pareciera que con el 68 detonaron las características de lo que después se conocería como arte contemporáneo. Es cierto, este movimiento aceleró procesos, pero 20 años antes ya se estaban gestando otras maneras de acercarte a las artes visuales.
¿Por qué el corte cronológico en 1952 y 1967?
El inicio tiene que ver con la construcción de CU, la modernización de la ciudad, el concepto de expansión y sus nuevos edificios. Cambia la manera en que la gente vive la ciudad. Elegimos 1967 porque queríamos una historia distinta a la del movimiento del 68. Además, hace unos años hicimos la exposición La era de la discrepancia que iba del 68 al 95. Desafío es una precuela de ésta.
¿Cuál es la complejidad de este periodo por la que decidieron asignarle toda una revisión?
En esta etapa crece con énfasis la interdisciplina artística. Por ejemplo: Jodorowsky invitaba a crear la escenografía de sus obras de teatro a Felguérez, Gironella y Vicente Rojo. Felguérez hizo un mural en el Cine Diana (que exhibimos aquí y rescatamos) en el que Jodorowsky participó con su obra Efímero Pánico. Vicente Rojo colaboró en cine con Jodorowsky. Juntos, ellos y más artistas, desafiaban lo que estaba establecido, por eso se llama así la exposición.
¿Qué detonó que interdisciplina fuera característica de esta época?
Era una generación de jóvenes que ya no quería seguir produciendo retóricas de la Revolución Mexicana y el muralismo. Eso estaba muy desgastado.
Los años que recorre la muestra pasan por el movimiento beatnik, ¿juega algún papel en la revisión?
Sí, porque la literatura fue muy importante para la interdisciplina. Hubo muchas colaboraciones para hacer revistas, por ejemplo la S.nob que hizo Salvador Elizondo. En estas publicaciones convivían artistas plásticos y literatos. Otro ejemplo fue Crononauta, en la que colaboraba Jodorowsky. Ahí se cultivaban las ideas.
¿Cuál es una de las propuestas más de avanzada que la exposición aborda?
El teatro que plantea acciones (sin guión). Por ejemplo, el Mural Efímero (1967, Zona Rosa) de José Luis Cuevas puso una obra sobre un espectacular, porque él creía que el arte era espectáculo público y efímero. Nosotros reproducimos el mural dando acento a esta idea. Esta pieza se ha analizado siempre como una afrenta al muralismo y, aunque es cierto que él muchas veces dijo estar en contra del muralismo de Siqueiros, lo importante de esta obra es la acción: los medios de comunicación la construyeron, se creó la pieza porque ellos hicieron del montaje un evento.
¿El crecimiento de la ciudad favoreció esta "agitación cultural"?
¡Claro! En los cincuenta crece la ciudad, entonces las galerías que estaban en el Centro se van a la Zona Rosa. Con la construcción de CU (1954), nace el Museo Universitario de Ciencias y Artes, un polo de arte fuera del Centro. Está la Galería Universitaria Aristos, en la Condesa; y Casa del Lago, en Chapultepec. También construyen, en la misma época, el Museo de Arte Moderno y el Museo Nacional de Antropología. Se crea un nuevo circuito de museos, se descentraliza el circuito cultural.
¿Qué detonó esta descentralización?
El Estado invirtió en infraestructura. Se crearon los conjuntos en Tlatelolco, Juárez, CU, y fraccionamientos nuevos como Ciudad Satélite y el Pedregal. A nivel arquitectura hubo un boom impresionante. México empieza a ver otros modos de vida. Por ejemplo, en la Zona Rosa se crea un ambiente de tolerancia. En la hemerografía de la época hay descripciones de "los greñudos" y "las chicas con minifalda". Había literatos, galerías, intelectuales. Se quería replicar el american way of life.
¿Cómo abordar curatorialmente esta agitada actividad cultural sin caer en una tediosa cronología?
Lo que distingue a la exposición es que tiene un guión de seis temas, a manera de problemas. La mayoría de las exposiciones actuales están pensadas por artistas, como si los artistas no fueran producto de un cambio más grande. Es novedosa porque integra cine, escultura, pintura y teatro. Te enseña las aspiraciones de la vida de ese tiempo. Llevamos dos años investigando esta etapa. Por ejemplo, ahora sabemos que en ese tiempo había más de 190 espacios para exponer.
¿Cómo influyeron los procesos creativos en la modernización de la ciudad?
Fue importantísimo. El crecimiento de la ciudad y el crecimiento económico abrieron la puerta a un nuevo coleccionismo. Antes el muralismo estaba patrocinado por el Estado, mientras que en esta nueva burguesía creciente se abrió un nuevo mercado, pues les interesaba comprar arte. Esto explica la gran cantidad de galerías en la ciudad.
¿Cuál es el papel del Estado en este periodo: ayuda, critica o estorba?
Una de las razones por las que este periodo no está revisado tiene que ver con eso: el Estado no invertía en esta generación, pues seguía pensando en hacer murales. Es una razón por la cual no hay muchos ejemplos de este periodo en los museos, como colección del Estado.
¿Cómo fue la búsqueda de las piezas si no estaban en los museos?
A través de archivos de artistas. La investigación trajo la localización de nuevas obras. Queríamos mostrar obras poco conocidas, por ejemplo, hay algunas piezas que nunca se han exhibido, como el mural de Felguérez, la ópera prima de Gurrola y varias obras con un interés en al arte óptico.
¿Este periodo de basta creación interdisciplinaria y de "jóvenes pensando más allá de lo establecido" creó un caldo de cultivo para el 68?
Sí, es una nueva actitud. Aunque en la exposición se nota la represión del Estado hacia muchas manifestaciones desde antes de ese año. Se cree que la represión ocurrió en 1968, pero exhibimos muchas fotos en las que la represión venía desde los 50, en las manifestaciones de los ferrocarrileros. Mostramos estas fotos de Pedro Meyer como contrapeso a la idea de una ciudad boyante. México estaba en un gran desarrollismo, pero había una parte social que estaba efervescente.
Comparado con este periodo que revisa la exposición, ¿cuál es el estado de las políticas culturales actualmente?
El Estado iba detrás intentando alcanzar a los artistas. Por ejemplo, el Museo de Arte Moderno se construyó hasta 1964. Aunque tenían lugares de exhibición a través del Inba, su propuesta iba rezagada de la tendencia a abrir nuevas galerías, incluso iba detrás de la propuesta de la UNAM, porque estaba aferrado a viejos paradigmas. Eso le pasa actualmente a las políticas del Estado. La parte cultural está enganchada a viejas propuestas, de los 90. Apuesta poco a nuevas propuestas artísticas y curatoriales, está arriesgando poco.
Esa poca apuesta del Estado, ¿es intencional o un "pequeño" descuido?
Es falta de rumbo. Falta un proyecto que defina a dónde queremos llegar. Siguen pensando que nuestro país es el México de los noventa. Las exposiciones son buenas, pero no son arriesgadas.
¿Están contenidos?
Sí. Al Estado le da miedo la crítica. Pero debe haber discrepancia para poder avanzar. No están apostando a nuevas propuesta curatoriales.
¿El Muac sí apuesta?
Sí, tenemos la intención de crear nuevas propuestas. Algunas exposiciones son más afortunadas que otras, pero es parte de un proceso para crecer.
Desafío a la estabilidad. Procesos artísticos en México 1952-1967. Muac. $40. Hasta el 3 de agosto.