Desde el 2010, la gastronomía mexicana fue galardonada por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, gracias a su gran variedad de platillos originales. Incluso aquellos que nos creemos unos eruditos en la dieta “T” y sus variantes, el consumo de insectos o entomofagia puede ser uno de los aspectos culinarios de México que aún nos falta ensayar.
En un mundo en el que cada vez son más necesarias las alternativas ecológicas para el desarrollo de las ciudades y la alimentación de las ciudades, la entomofagia propone soluciones sustentables que podrían llevar a la reducción del uso de los insecticidas; el espacio destinado a la ganadería; la explotación agrícola, además, como era bien sabido por las civilizaciones prehispánicas, los insectos son una excelente y saludable fuente de energía.
El arte de comer insectos presenta más de 180 artículos procedentes de 23 colecciones, incluyendo piezas arqueológicas, fósiles en ámbar, cajas entomológicas, ilustraciones científicas, óleos, grabados, obra en técnica mixta, objetos de época, fotografías y vídeo, además te muestra 6 obras del ya fallecido Francisco Toledo, que resaltan el colorido de la biodiversidad a través de configuraciones luminosas que realzan la mística experiencia que siempre nos han producido los insectos.
Esta es una muestra que es tan basta y diversa como el mismo universo que presenta. Además de presentar ciencia, patrimonio, sustentabilidad y arte, también es deliciosa y promete dejarte satisfecho en más de un sentido.
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