Ofrenda de Día de Muertos en México
Foto: Bete Marques / iStockdia de muertos
Foto: Bete Marques / iStock

El origen de la celebración del Día de Muertos

Se acerca la celebración del Día de Muertos. Te contamos un poco sobre la historia de esta tradición y el Mictlán de los mexicas

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Los mexicanos sabemos vivir, disfrutar la comida y sufrir con su picante, bailar al son de la marimba o mariachi, cantar luego de echarse un buen tequila, porque preservamos el espíritu de nuestra raza. Pero los mexicanos también sabemos morir; lo celebramos con color, entre ofrendas amarillas por la flor de cempasúchil, el olor a guayabas y el incienso: Los mexicanos somos chingones hasta en la muerte. Es por eso que ahora queremos contarte cómo surge, cuál es el origen de la celebración del Día de Muertos. 

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El 1 y 2 de noviembre, en México celebramos el Día de Muertos, una fiesta que toca prácticamente cada rincón del territorio. No importa donde estés, el Día de Muertos te llegará tanto como si estuvieras en San Andrés Míxquic, el poblado de Tláhuac (CDMX) en el que las personas visitan las tumbas de sus seres queridos para convivir con ellos. Estás entre pan de muerto con agua de azar y ajonjolí, calaveritas de azúcar y montones de flores de cempasúchil, esas de tallos largos y hojas amarillas y naranjas que al estrujarse sueltan el aroma característico del Día de Muertos y que son una aportación botánica de México para el mundo.

Ofrenda Jean Paul Gaultier en el Museo de Arte Popular MAP
Foto: Cortesía

¿Pero cómo inició todo?

Mictlán es el origen del Día de Muertos, la tradición más importante de los mexicanos. La mitología mexica explica que existieron dos dioses primordiales, Omecíhuatl y Ometecuhtli, quienes tuvieron cuatro hijos varones: Xipetótec, Tezcatlipoca, Quetzalcóatl y Huitzilopochtli, dioses creadores del universo, uno vertical y otro horizontal. El universo vertical se divide en supramundo, mundo e inframundo y este último resguarda el Mictlán, lugar de los muertos que no murieron en batallas o sacrificios.

Para llegar al Mictlán no solo hace falta morir, hace falta saber hacerlo y para ello, según la cosmovisión mexica, se deben atravesar nueve regiones con obstáculos que expresan la putrefacción y los tormentos naturales que atraviesa un muerto en su etapa de regresión orgánica. Al atravesar estos nueve infiernos el alma se libera y se logra el descanso anhelado o prometido.

¿Y tú, serías capaz de atravesar los niveles del Mictlán?

Itzcuitlán (lugar en que habita el perro): Esta es la casa del Xoloitzcuintle y el Dios del Ocaso. Te imaginarás que aquí los perros te guían para cruzar el río Apanohuacalhuia. Sin embargo, si en vida maltrataste a los perros, no serás digno de pasar, y te quedarás deambulando en las orillas.

Tepeme Monamictlan/Donde las montañas chocan: Lugar donde se juntan las montañas, aplastando a los difuntos que no logren pasar a tiempo. Este lugar es gobernado por Tepeyóllotl, Dios de las montañas, los ecos y señor de los jaguares.

Itztepetl/Montaña de obsidiana: Montaña cubierta de pedernales filosos clavados en la tierra.

Itzehecayan/Lugar donde hay mucha nieve: Llegado este punto las animas encontrarás una zona congelada que cuenta con ocho collados de piedra cortantes, donde en todo momento cae nieve. Aquí vive el Dios Mictlecayotl, del viento del Norte.

Paniecatacoyan/Lugar donde la persona se voltea como bandera: Aquí los vientos son muy violentos y provocaban que los muertos fueran arrastrados de un lado a otro. Es por esto que las animas podían tardar años hasta encotrar la salida, hasta que los vientos lograran arrastrar a la meta.

Temiminaloyan/Lugar de flechas: Camino largo y estrecho donde se encuentran manos invisibles que cargan flechas con las cuales atacan a los difuntos para hacerlos morir en el camino.

Teyollocualoyan/Lugar donde te comen el corazón: Una de las zonas más mortales, pues aquí moraban jaguares y otros animales salvajes que abrían el pecho de los difuntos para comerles el corazón.

Izmictlan Apochcalolca/Lugar donde se tiene que cruzar agua: Ya casi llegamos al final, pero antes de alcanzar el descanso eterno, en el octavo nivel hay un enorme río de aguas negras esperando a los muertos quienes, ya sin corazón, deberán luchar para no caer en las profundidades, dejando todas sus penas para lograr avanzar.

Chiconahualoyan/Donde te vuelves uno con el todo: El final del camino, donde se libera su alma para lograr el descanso eterno y alcanzar la vida después de la muerte.

Festival de Ofrendas y Arreglos Florales Centro Histórico p
Foto: Cortesía Secretaría de Cultura de la Ciudad de México

De estos niveles también se desprende un poco de los altares de muertos, ya que los tradicionales también se contruyen conforme a niveles. Y luego con el sincretismo religioso, se mezcló un poco con los niveles del infierno, aunque de fondo son ideas muy distintas. 

¿Sabías esto? ¿Crees que tu alma podría soportarlo?

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