Ya basta de llaveros, paraguas y lápices flexibles. Las tiendas de regalos de los museos ahora tienen un nuevo accesorio imprescindible que está volando de los estantes: cubrebocas reutilizables.
En la Tate de Londres y en el Met de Nueva York han estampado en tela algunas de las obras más famosas. También lo han hecho otras instituciones importantes, desde Los Ángeles, pasando por Madrid, hasta Amsterdam. Y dado que muchos gobiernos ahora recomiendan, si no es que exigen, que los ciudadanos usen cubrebocas en espacios públicos, esta es una medida muy sensata (y potencialmente rentable).
Algunos museos también ven en los cubrebocas una manera fácil de recaudar fondos para apoyar sus operaciones, como los estudios Klimt Villa en Viena. Otros ven una oportunidad de recaudar dinero para obras de caridad, como el diseño en forma de polilla de Carlos Amorales del Stedelijk Museum, cuyos beneficios se utilizan para fabricar cubrebocas para los trabajadores ambulantes mexicanos.
¿Busca protegerte con estilo? Estas son algunos de los cubrebocas inspirados en el arte más geniales de icónicos museos y galerías de todo el mundo.
Carnation, Lily, Lily Rose de John Singer Sargent en el Tate Modern, Londres.
Foto: Tate Modern
Pennsylvania Station (arriba) y Spring in Central Park de Arnold Eagle en Metropolitan Museum of Art, Newa York.
Foto: Metropolitan Museum of Art
Autorretrato con gorra, los ojos muy abiertos y la boca abierta de Rembrandt van Rijn en Rijksmuseum, Amsterdam.
Foto: Rijksmuseum
Cubrebocas hecho a mano inspirado en Gustav Klimt y diseñado por su bisnieta en Klimt Villa, Vienna.
Foto: Klimt Villa
El jardín de las delicias de Hieronymus Bosch en Museo Nacional del Prado, Madrid
Foto: Prado
Diseño textil de hojas, diamantes y prismas agrupados de Elza Sutherland en Los Angeles County Museum of Art, Los Ángeles
Foto: LA County Museum of Art
Nube negra de Carlos Amorales en Stedelijk Museum, Ámsterdam.
Foto: Iris Duvekot
Cubrebocas ovalado psicodélico en Guggenheim Museum, Bilbao
Foto: Guggenheim
Girasoles de Vincent van Gogh en National Gallery, Londres.
Foto: National Gallery