A pesar de su nombre, el Mutec, más que ser un museo de tecnología (pensando en software, gadgets, etcétera) es un recinto dedicado a la historia de la electricidad. La primera de sus cuatro salas nos enseña porqué nombres como Alessandro Volta, Thomas Edison o George Ohm son parte de la historia. Es un museo interactivo y muy apropiado para niños, ya que ejemplifica con juegos el comportamiento de la corriente eléctrica. Hay máquinas de toques, tubos con unicel que simulan la energía del cuerpo humano y hasta bicicletas y caminadoras para que te des cuenta de la energía que produces. Algunos están descompuestos, pero en general valen la pena.
El segundo piso del museo cuenta la historia de la CFE y hasta cuenta con un CFEmático, por si se te olvidó pagar la cuenta. Un robot llamado CFEtrónic se encarga de darte todos los detalles acerca de la industria de la energía en el país.
Cuenta también con un planetario que cambia de películas cada mes y, extrañamente, una sala dedicada a la nutrición. Sus jardines son muy extensos y en ellos hay un helicóptero de la CFE, restos de la primera planta generadora de electricidad del país y más maquinaria que quién sabe qué sea, porque no tiene placas ni información de ningún tipo.
La tienda del museo es muy pequeña pero tiene juegos educativos bastante interesantes para niños, y que son difíciles de conseguir en otro lugar. Un punto a favor es que el personal es muy amable y está más que dispuesto a contestar tus dudas y preguntas. Por último, les recomendamos que no lleven comida ni bebidas ya que te los quitan en la entrada.