Nos encontramos con un secretito artístico de la Narvarte. Pese a que la fachada parece una bodega en pleno Eje Central, este espacio guarda una galería. Al llegar, ubica dos puertas negras con un pequeño nombre que anuncia “eje”. Ahí toca el timbre.
Te abrirán en lo que antes era la Litográfica Machado, empresa encargada de hacer las pinturas que se usaban para calendarios de los cincuenta. Los ilustradores eran anónimos; sin embargo, Tarsicio Padilla, director de Eje, tiene un catálogo de las imágenes más cachondas que no están a la vista. Si se lo pides, incluso te puede contar la historia de cada una.
Este espacio quedó abandonado tras servir como bodega multiusos, hasta que en noviembre de 2010 la acondicionaron como centro cultural. Su objetivo es motivar a los vecinos de la Narvarte a involucrarse con artistas emergentes, quienes muestran sus obras en un espacio que se presta a grandes formatos pictográficos, por el tamaño alto de los techos y la amplitud del espacio. Se han expuesto a artistas como Antonio Luquín, quien además de la exhibición, ofreció conciertos.
Hacen cuatro exposiciones al año y las inauguraciones son los sábados a las 12, con el objetivo de que las familias, sobre todo los niños, puedan involucrarse con el artista que será exhibido, de acuerdo con lo que nos comenta Tarsicio Padilla.