¿Esta es una galería con mucha carne o es una carnicería con mucho arte? En este nuevo lugar, ubicado en la San Rafael, encontrarás las dos pasiones de su director, Jacobo Márquez: cortes y piezas de arte. Hablamos en serio: al ingresar estarás frente a un refrigerador con tus cortes favoritos, desde la clásica arrachera, pasando por T-bone, hasta la exclusiva tomahawk; mientras en las paredes posan las piezas que marcan una delgada línea entre el arte popular y el arte contemporáneo.
Carnigalería se llama este espacio y en su techo se aprecia el contorno de una res creado con iluminación neón por el socio de Jacobo, Claudio Sodi, lo que dota al lugar de una personalidad única.
En cuanto a la selección de piezas que se exhiben, Jacobo y Claudio se han enfocado en elegir artistas que ya tienen un recorrido en el mundo del arte, y sobre todo a quienes le han dado a la artesanía un giro diferente para convertirlas en piezas de arte contemporáneo.
Aunque la galería no está centrada solamente en artistas nacionales, en estos primeros meses las paredes albergarán las obras de mexicanos como Olegario Hernández con sus litografías y tallados en jícara. También están José Ángel Santiago y sus dibujos, en los que las estrellas se convierten en las protagonistas; Ana María Alarzon con sus platos y comales realizados a partir de reducciones de barro (barro negro); las explosiones coloridas en las pinturas de Ismael Sentíes, y las cabezas de barro que funcionan como sillas creadas por Adrián Martinez.
En relación con los cortes premium de carne, los cuales provienen de ranchos de Oaxaca y Monterrey, tienen precios accesibles que van de los $200 a los $1,000 por kilo. Aunque también puedes conseguir salmón, jamón, chorizo, atún, top sirloin y hamburguesas, los cuales van cambiando conforme Jacobo va descubriendo carnes que, desde la experiencia de su fino paladar, merecen estar en la carnicería.
Si tu intención es comprar arte, hay para todos los bolsillos con un promedio entre $500 y $3,000. Puedes hallar tapetes y rebosos de lana, platos y vasijas, macetas de barro con intervenciones o incluso algunas piezas de cera de abeja, la mayoría con origen oaxaqueño y chiapaneco. Cabe mencionar que las obras también van rotando, por lo que en cada visita seguro encontrarás a la venta diferentes piezas.
Carnigalería es un espacio en donde se respira la calidad de la carne y de los artistas. Sobre todo, porque Jacobo procura generar una suerte de complicidad entre él y los artesanos con los que se relaciona para guiarlos en el camino de explotar sus dotes creativas y darles una nueva perspectiva contemporánea, todo esto sin cambiar la esencia de sus obras.
Sin duda, encontrar una carnicería dentro de una galería o una galería dentro de una carnicería se convierte en un juego que se tiene que experimentar en persona y que genera una especie de catarsis. Te dejará muy satisfecho.
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