Hay muchos sustantivos para definir la imagen de David Bowie: transgresora, creativa, sofisticada, provocadora… pero cuando pensamos en las letras de sus canciones ¿nos evocan sólo una imagen o van más allá? ¿Qué hizo que la música de David Bowie marcará a tantas generaciones?
Bowie, de Simon Critchley, explora el arte de este músico a través de la filosofía que sus letras contienen. En su análisis desvela a un artista lleno de estrategias para comunicarse con su público, capaz de utilizar toda su cultura y sofisticación para crear una figura compleja, cuya “genialidad consistía en convertirse en otra persona lo que durase la canción, y alguna veces a lo largo de todo un álbum o incluso de toda una gira”.
¿A quién dirigía Bowie sus letras? Simon Critchley lo planeta claramente: “hablaba para los excéntricos y los bichos raros”. Trasgresor, su vestimenta no era un accesorio solamente, era el marco de toda una conceptualización teatral que tenía como “óleo” su trabajo musical. Cada disco, cada gira era un cuadro en su totalidad, donde la visión de Bowie tocaba desde temas políticos, sentimientos como el amor, retrataba sin decirlo de forma directa el hartazgo y aburrimiento de una sociedad que dejaba atrás el recuerdo de dos Guerras Mundiales pero que vivía con el peso de una Guerra Fría.
Para el también colaborador de The Guardian, “Bowie nos enseñó la naturaleza engañosa de la ilusión y también su poder irresistible. Aprendimos a vivir con ilusión y aprender de la ilusión, en lugar de salir huyendo de ella”.
Este libro surge a partir de su acercamiento como el de cualquier otro fan: “Lo que me impactó no fue tanto la calidad de la canción, sino la impresión que me causó el aspecto de Bowie. Era abrumador. Parecía tan sexual, tan perspicaz, tan astuto y tan extraño. Chulo y vulnerable al mismo tiempo. Su rostro transmitía un sagaz entendimiento: una puerta hacia un mundo de placeres desconocidos”.
Mientras el autor va creciendo, su interés por Bowie aumenta, a pesar de los cambios en el tono de escribir y en la imagen que el cantante va teniendo. Incluso, al punto de convertir su misma muerte en una obra de arte.
Objetivamente, ¿qué nos encontramos en sus obras? Durante sus primeros trabajos se plantea “un mundo en ruinas”, será por eso que hay que escapar a los otros mundos y dejar éste atrás. Su lírica también está marcada por un deseo de <>, el cual se conjuga con una nostalgia perenne.
Tal vez, la mejor manera de leer este libro es revisitando las letras de David Bowie, ir sintonizando cada ejemplo que Simon Critchley ofrece para comprender, aunque sea de a poco, a una de las figuras más complejas que el mundo de la música nos ha dado.
Bowie, de Simon Critchley, es una publicación de Sexto Piso.