De entre las ferias de arte que suceden cada año en la CDMX, Salón ACME desde hace 6 años se ha caracterizado por brindar un espacio a artistas jóvenes y concentrar propuestas plurales de arte contemporáneo. Esta feria ya el año pasado extendió sus límites incluyendo a galerías de renombre en su evento, invitando a otros estados, consolidando su sala editorial y con Bodega ACME, un cuarto que exhibía obras de arte de ediciones anteriores.
Y es esta última iniciativa, Bodega ACME, la que este mes de julio toma impulso y se planta en el segundo piso de Proyecto Público Prim con una sala de exhibición temporal y un despacho o showroom permanente. El objetivo es dar continuidad a los artistas que se presentan en ediciones anteriores de Salón —desde la primera hasta la última—, creando así un espacio de diálogo permanente entre artistas, productores, coleccionistas y público. El proyecto se fortalece con una plataforma digital que se lanzará en septiembre.
La sala de exposiciones de Bodega ACME tendrá una muestra nueva, de corta duración, cada tres meses. Se trata de un gran salón de techos altos e iluminación natural con una arquitectura en deterioro y sin decoraciones o acabados especiales. Lo anterior crea una atmósfera inusual que juega con el espacio y da un toque de atemporalidad a las obras que aquí se presentan. Las piezas con las que abre esta sala son de Víctor del Moral, Ana Paula Santana, Sumie García, Morelos León Célis, Alberto Odériz, Francisco Muñoz, entre otros artistas.
Este nuevo espacio para el arte es un ejemplo de la heterogeneidad de ACME y nos habla del compromiso de la feria no sólo por despegar, sino por consolidar las carreras de sus artistas.