Quienes teníamos entre 15 y 20 años cuando vimos Trainspotting, dirigida por Danny Boyle, justo a la mitad de los noventa, nos enfrentamos al hecho de que el futuro no sería esa postal soleada de estabilidad económica y emociones controladas. La pantalla del cine estaba saturada por polvos, cucharas, ligas y jeringas. "¿Quién quiere pensar en toda esa mierda de futuro si hay heroína?", decía Mark Rento, el personaje que catapultó a Ewan McGregor a la fama.
Después supimos que Trainspotting estaba basada en la novela de un joven escocés que escribía sus historias con muy poco respeto a las reglas gramaticales y fiel a los crípticos modismos con los que hablan sus paisanos: Irvine Welsh.
Para muchos, Welsh es el escritor que le rompió la madre a la Generación X, la enfrentó a su realidad y, a punta de bofetadas, le hizo darse cuenta de que no sería joven por siempre. Después, alteró la morfología de la novela al escribir su secuela Porno, y la precuela Skagboys, novela que lo trajo a la Ciudad de México.
Platicamos con el punketo que inventó a Mark, Sickboy, al aterrador Begbie y al adorable Spud, sobre el hecho de que mientras las nuevas generaciones se enorgullecen de haber sido marcados por sagas como Harry Potter, Crepúsculo o Los juegos del hambre, los X podemos estar orgullosos de haber crecido con la trilogía de la heroína y otras drogas de diseño, creada por Welsh.
¿Sigues percibiendo a las drogas de la misma manera que en Trainspotting o tus ideas cambiaron cuando escribiste Porno y Skagboys?
Trainspotting es de acerca cómo estos chicos intentan dejar la heroína, pero no hay nada que los ayude, y Skagboys muestra cómo toman la decisión de empezar a consumirla. Creo que este es un libro más ambicioso en ese sentido, es sobre las causas y las consecuencias, no sólo de la cultura y de la conducta de la gente.
Cuando escribiste Trainspotting ¿planeabas algo así como la trilogía de la heroína?
Fue por accidente, nunca pensé tener una secuela y luego la precuela. Fueron las circunstancias. Tienes interés en algo y luego ves a todos los personajes dentro de una caja de herramientas. Ellos cuentan la historia y es a través de la fuerza de las herramientas que todo se va hilando.
Leyendo todas tus novelas, siento que la amistad es un elemento constante y fuerte en tu literatura...
A veces crees que vas a tener un amigo para siempre, pero eso cambia cuando la gente empieza a reconocer sus propias necesidades y sus deseos. El grupo de amigos termina reprimiendo y hay que salirse de ahí. El ejemplo ideal sería el tipo que tiene un grupo de amigos y después se aleja, pasa el tiempo, se divorcia y vuelve para verlos de nuevo. Es una relación de buscar y perder.
Dos de mis mejores amigos lo han sido desde que teníamos seis años. Son como mi familia y aunque no los veo tanto, me preocupo por ellos, quiero saber cómo están y los siento cercanos.
Para ti qué es más importante ¿la amistad o el amor?
Creo que el amor. Soy muy romántico, lo cual no se refleja en mis libros, pero pienso acerca del amor todo el tiempo. Hoy por hoy tengo una relación muy fuerte y no puedo funcionar sin ella.
Glue es mi novela favorita porque habla sobre la intensa amistad entre cuatro chicos. Yo soy gay y en su amistad encuentro pinceladas homoeróticas, ¿es sólo mi percepción?
Creo que todas las relaciones masculinas heterosexuales tienen algún momento de homoerotismo. Mi última novela -que escribí en Inglaterra (saldrá en la primavera del 2015)- tiene amor, sexualidad, homosexualidad y heterosexualidad. Creo que todo se convierte en una misma cosa.
¿De qué va la historia?
Cuenta la vida de dos mujeres en Miami. Dos escritoras que están obsesionadas por la imagen corporal, la salud y el consumo. Tuve que hacer nuevos personajes para contarla, ya que no funciona de la misma manera en Escocia que en Miami.
Recuerdo que en Trainspotting, Mark Renton dice que en el futuro no van a existir homosexuales o heterosexuales, sólo "gilipollas".
Creo que eso va a ocurrir por la manera en la que cultura homosexual se está integrando a la sociedad. Sé que esto depende del lugar en donde uno se encuentre. En Escocia hubo un tiempo en que los homosexuales tenían que moverse a Londres, pues la homofobia era muy ruda. Tengo buenos amigos que son parejas homosexuales en Chicago y dicen que nunca se van a casar porque no quieren ser como los heterosexuales. Sencillamente no quieren casarse, adoptar niños ni vivir en un suburbio. Sin embargo, hay otra pareja homosexual que dice que eso es exactamente lo que quiere hacer.
Por cierto, veo que tienes una especie de ¿obsesión? con Miami, ahí sucede la historia de tu novela Crimen, ¿qué es lo que te seduce de esta ciudad?
Supongo que es porque es muy diferente a Escocia: es tropical, cálida y es una cultura muy visual. Hay mucha gente artificial que viene de todas partes de América y que tiene elementos maravillosos e interesantes. Pero lo que más me gusta es que yo vivo en Chicago y me gusta, al igual que Nueva York y Boston, pero siento que estas ciudades ya están establecidas y Miami se está formando. Mi visión es tan válida como la de cualquiera. Es una ciudad muy plástica y con una población latina conservadora. Eso me hipnotiza.
¿Qué similitudes o diferencias encuentras entre Escocia y la Ciudad de México?
Creo que puedo dimensionar mi experiencia en términos de escritores. En los dos países son muy similares: les gusta beber, estar de fiesta y bromear. En México les gusta beber y comer, mientras que en Escocia no se le da tanta importancia a la comida.
No sé si estés al tanto de las noticias en México y de todos los problemas que están vinculados a las drogas...
El tema de los 43 estudiantes se ha dado a conocer en casi todos lados. En el extranjero se dice que cuando algo malo sucede en México, la gente sólo reacciona diciendo: "¡Ah! Esta mierda siempre pasa". Pero por lo visto, parece que lo sucedido en Ayotzinapa ha hecho que los mexicanos se den cuenta de que no se puede seguir así y que tienen la disposición para hacer un cambio. Cosas tan fuertes pueden ser catalizadoras para provocarlo.
Pero no sé lo suficiente acerca de la política mexicana para ahondar en el tema. De corazón espero que se llegue a una solución. Colombia era similar, pero ahora es menos peligroso. La gente está trabajando para encontrar una solución y espero que eso pase aquí. No es posible creer que existan estos conflictos porque para un visitante, México es un gran lugar y la gente es maravillosa.
¿Te ves como la voz de una generación?
No realmente. Como escritor intelectualizas de manera compulsiva lo que estás haciendo, no reflexionas al respecto hasta que vas a lo que sigue. A veces veo las cosas desde una perspectiva generacional, ya que cuento algo de ellas en las historias, pero las siento más bien como una forma de contar mis obsesiones particulares del momento.
¿Cuál es tu banda de rock favorita?
De la época de Skagboys, probablemente, sería New Order, Joy Division. Básicamente con este libro comencé a escuchar Heart and Soul y terminé siguiendo a Joy Division, así que eso es lo que había en mi mente por aquellos días.
¿Cómo viste a Inglaterra en la última Copa del Mundo?
Terrible, estuvieron muy mal. Todos los equipos de las islas británicas fueron mediocres y así es como está el futbol en Inglaterra.