Pobrecita iglesia que hizo Félix Candela en 1956, tan poco apreciada por las nuevas generaciones a pesar de ser una de las construcciones religiosas modernistas más destacadas de la ciudad, con sus paraboloides hiperbólicos tan característicos. Los vitrales están padrísimos, como también lo están los murales de los años sesenta. Lo que hizo Candela, con los arquitectos de la Mora y López Carmona, fue reconstruir la antigua capilla de los franciscanos con valores arquitectónicos de vanguardia. Lo hicieron muy bien.
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