Un parque de juegos para niños y un pequeño zoológico con apenas dos venados, un pavorreal y cuatro patos, era en 1955 la entrada al teatro El Recreo, un espacio dedicado al público infantil con funciones de cuentacuentos, películas educativas y obras.
Tres años después, en 1958, con la obra El canto de los grillos de Juan García Ponce, se convirtió en el Teatro Orientación, precisamente haciendo referencia al sentido de “orientar a los niños”, asegura Humberto Suárez, coordinador del teatro.
El concepto cambió y comenzaron a tener una programación más variada con obras para adultos, sin dejar de lado las funciones infantiles que, ahora, únicamente se presentan sábados y domingos a las 12:30pm.
A decir de Suárez, uno de los shows más importantes para el teatro ha sido El zapatero remendón de Manuel Lozano, un espectáculo que recordaba lo que hacía Enrique Alonso “Cachirulo”, en televisión. Duró 14 años en escena y marcó una generación de niños que acudían al teatro.
Actualmente, este espacio –perteneciente al Centro Cultural del Bosque del Instituto Nacional de Bellas Artes– ofrece 305 localidades y acceso a público con alguna discapacidad. Las funciones cambian cada dos o tres meses y los jueves son “día de teatro”, pues la entrada cuesta 30 pesos.