Con la remodelación de 2010 se cambió el pavimento, se reordenó la vegetación y se instaló esta fuente seca, tomada por asalto desde los primeros días por niños y jóvenes.
La fuente tiene 100 chorros de agua y funciona de las 11 de la mañana a las 6 de la tarde, activándose los primeros 20 minutos de cada hora. Entre las 7 y las 10 de la noche, su funcionamiento es continuo. Los lunes se mantiene apagada por mantenimiento.
Por la noche se ilumina de colores, así que prepara la cámara para muchos momentos instagrameables. El proyecto, junto con el corredor peatonal Madero, fue reconocido internacionalmente con el VIII premio Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo.