Desde que lo construyeron, este lugar fue pensado para ser un espacio de exhibición artística, a diferencia de otras pinacotecas que suelen ser casas adaptadas. Esta galería tardó dos años en edificarse y se distingue por tener una infraestructura de 14 metros de altitud y los recursos necesarios para la instalación de audio, sonido, luz y video para las exhibiciones, así como con un montacargas que soporta hasta tres toneladas (ideal para transportar piezas escultóricas de gran volumen).
El recinto lo concibió Manuel Loaiza, politólogo de profesión, quien desde sus 11 años quedó encantado con la obra de Goya, en su primera visita al Museo Nacional del Prado, en España.
“Esta galería responde a un viejo anhelo. Fui editor de difusión cultural de la UAM Iztapalapa durante casi 15 años. Ahí administraba un teatro, una audioteca y los talleres de arte. Siempre quise tener un espacio propio para mostrar el trabajo de artistas consolidados y emergentes”, comenta Loaiza.
Uno de los objetivos principales de este proyecto es ampliar la oferta del mercado del arte al sur de la ciudad. “Nuestra intención es romper con los circuitos de arte predominantes en el DF, como Roma, Condesa y Polanco. Buscamos también ser un punto medio entre la oferta de galerías comerciales y entre las cosas que hace el gobierno”, asegura Loaiza.
Desde que este espacio abrió sus puertas, el 14 de octubre de 2011, ha desfilado el trabajo de artistas como Kiyoto Ota, José Castro Leñero, Francisco Toledo, Jazzmoart y Gabriel Macotela.
Con el deseo de difundir el talento emergente de artistas jóvenes, la galería Myl organizó la exposición Etogramas: códigos animalistas, curada por Valeria Espitia. Ésta incluyó la producción artística de creadores de 25 a 32 años.
“Buscamos artistas propositivos, con un discurso y un proyecto novedoso en el que la utilización de las nuevas tecnologías esté presente, alguien que tenga algo qué decir y que lo haga con fuerza, vitalidad, calidad y pertinencia”, nos explica Loaiza.
Esta galería destaca por sus amplios espacios de concreto, acero y vidrio, en los que predomina la luz natural. Se llama Myl porque Manuel Loaiza considera que es una palabra corta y fácil de recordar que, además, incluía la letra inicial de su nombre y apellido.
Otras de las razones que llevaron a este politólogo a crear un nuevo espacio dedicado al arte contemporáneo es su postura respecto al contexto actual de nuestro país: “La situación de México no va a cambiar con más policías, blindaje o armas, sino con trabajo, educación y cultura. El arte es una respuesta. Si invertimos en ello se puede mejorar las condiciones sociales que prevalecen en el país”.