Como un oasis en medio del desierto, el Museo de la Cancillería es una escapada del ruido y movimiento del Centro Histórico. El inmueble del siglo XVII era antes el Oratorio de San Felipe Neri el Viejo.
Inaugurado en diciembre de 2011, el museo nace con el propósito de dar a conocer a México y el mundo los acervos artísticos e históricos de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Podrías jurar que el tiempo se detiene mientras escuchas del sonido del agua de la fuente del pequeño patio de magnífica portada. Cuenta con tres pequeñas salas para exposiciones temporales. Una curaduría de las obras del acervo es lo que define la exposición en curso. Las visitas guiadas rompen con los estereotipos y pretensiones de apreciación de arte, dando libertad a la interpretación. Cada quién se lleva algo diferente del recorrido.