La autora francesa de origen iraní nos habla de cómo la inocencia vence a la desconfianza y, así, niño y felino recorren sabanas y selvas. Conocen otros animales. Comparten alimentos, atardeceres, sueños y un amor tan puro como el que sólo niños y animales pueden sentir, pero la civilización acaba con el equilibrio perfecto y separa al león y su pequeño humano. Sin embargo, ambos viajan en sueños y se reencuentran en un espacio en el que todas las especies viven en paz y armonía.
Mi león
Mandana Sadat
Fondo de Cultura Económica, 2009