Museo Ripley México
Foto: Cortesía Museo Ripley México
Foto: Cortesía Museo Ripley México

Museos raros de la CDMX

Si hay algo que no falta en esta ciudad son museos. Te contamos algunos rarísimos que visitamos

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La capital del país se distingue por ser un abanico de posibilidades, ninguna calle, camellón o avenida es igual a la otra. Eso mismo pasa con los museos, la CDMX es la segunda urbe con mayor oferta de museos y se sitúa arriba de países como Madrid, Buenos Aires y París.

Seleccionamos los museos más raros, entre ellos están MUCHO Mundo Chocolate un recinto en donde se honran un producto de origen mexicano y que es valorado en todo el mundo, si eres más extremo también te recomendamos el Museo del Automóvil en donde conocerás más de 120 autos de distintas épocas, la mayoría son propiedad de coleccionistas  que prestan sus unidades, ahí podría estar el Mustang de tu abuelo.

Y si estás pensando en hacerte un diseño nuevo en tu piel, el Museo del Tatuaje será un lugar inspirador para que te animes a hacerlo, luego de visitarlo tendrás fundamentos suficientes para decirle a tu familia que los tatuajes no solo son para delincuentes.

Todos son museos que destacan por su originalidad, al recorrer todos estos lugares de la CDMX se te borrará de la mente el cliché de que los museos son aburridos, eso es totalmente falso. En cuanto visites uno de estos museos considerados "raros" querrás visitar todos los de este listado.

También checa los Museos de ciencia y tecnología en la CDMX

Museos más raros de la CDMX

  • Arte
  • Dibujo
  • Roma
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Museo del Tatuaje
Museo del Tatuaje

En su visita a la ciudad, el dueño del Museo del Tatuaje de Ámsterdam, Henk 'Hanky Panky' Schiffmacher, conoció a Tony Chacal Serrano, un fanático de los tatuajes que poseía un amplia colección de artículos sobre este arte. Entre bocetos, tarjetas de tatuadores y maquinas caseras, “Hanky Panky” le pidió a Tony algunos artículos para su museo. Tony cayó en cuenta de la importancia de estos objetos, que había recolectado durante 25 años, y decidió abrir al público su colección. El recinto cuenta con dos salas. La primera muestra un amplio catálogo de bocetos, que van desde diseños tribales hasta japoneses Irezumi. Además se exhiben algunas fotos de talleres y sesiones de Tony. La segunda está dedicada a la historia del tatuaje en México. El repaso inicia por las culturas prehispánicas hasta la evolución en nuestros días. En las vitrinas se observa una enorme colección de tarjetas de tatuadores de todo el país, máquinas caseras hechas en Tepito, Neza y Chimalhuacán y carteles de eventos. Con este espacio se pretende erradicar la concepción de que los tatuajes son sólo para delincuentes, por ello se ofrecen actividades artísticas para niños de dibujo y pintura. También tienen cursos de primeros auxilios para tatuadores, además de proyectar documentales. Hay que estar al pendiente de su facebook para conocer la programación mensual de actividades.

  • Arte
  • Guerrero
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Es un espacio en el que se puede aprender mucho de técnicas como la linografía y la litografía. Este museo cuenta con dos pisos llenos de cuadros muy bien distribuidos, con los que podrás tener momentos de reflexión acerca de los procesos de estampación que existen. En la entrada se encuentra Lubok, una colección gráfica contemporánea que concentra el trabajo de artistas devenidos de Leipzig. Es difícil descifrarlos, pero no imposible, sólo hay que fijarse un poco y echar a andar la imaginación.
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  • Arte
  • Juárez 
En la revista Ripley, ¡aunque usted no lo crea! se mostraban acontecimientos, hechos y personas que hacían cosas increíbles. En los ochenta se convirtió en un programa de televisión (que todo mundo veía los domingos), con videos un poco desagradables y, hasta cierto punto, escalofriantes. Ya que su creador Robert Ripley buscaba hechos extraordinarios por todo el mundo, la actual franquicia abrió museos en diferentes países para alimentar el morbo de las personas. México es el único país latinoamericano que cuenta con tres recintos: DF, Guadalajara y Veracruz. En el museo de la Ciudad de México encuentras objetos y personajes fuera de lo común. Hay una réplica en cera de Robert Wadlow, el hombre más alto del mundo, y una del más gordo (con todo y la dieta que llevaba). Una copia de la Mona Lisa hecha con 42 rebanadas de pan tostado, un pedazo del Muro de Berlín, un estuche antivampiros con crucifijo, estaca, botellas de agua bendita y un vestido hecho con cabello humano (lo sabemos, suena asqueroso). Lo más impresionante del museo consiste en un túnel giratorio que cambia de color, al pasar sobre él todo da vueltas. La ilusión óptica seguro ha hecho vomitar a más de uno y, sinceramente, es muy divertido. A pesar de contar con cosas que en tu vida habrías imaginado que existen, el museo es pequeño, lo recorres en tan sólo 15 minutos. Algunas cosas dan más asco que sorpresa. El costo del boleto no vale la pena, por eso te recomendamos comprar el combo que incluye la entrada
  • Museos y centros culturales
  • Historia
  • Cuauhtémoc
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
El antiguo Palacio de Comunicaciones, impactante lugar decorado al estilo ecléctico, muestra en su plafón el mural Alegoría de las comunicaciones, que exhibe a personas interactuando con los medios de comunicación que se han desarrollado a lo largo de la historia. Estás en el Museo del Telégrafo, un viaje 160 años atrás en la historia de las comunicaciones en México, específicamente en el desarrollo e importancia del telégrafo en el país. Está en el ala derecha del edificio construido por el arquitecto italiano Silvio Conttri (y que comparte terreno con el MUNAL). Abrió sus puertas en 2006 con la intención de mostrar a las nuevas generaciones la historia de la telegrafía mexicana y la importancia de este medio de comunicación en la época revolucionaria y posterior. En el salón de telegramas se conserva mobiliario original y piezas de la oficina de Telégrafos de México y una serie de documentos telegrafiados que se utilizaron en los procesos históricos del país.
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  • Arte
  • Santa María la Ribera
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Este lugar lo mandó construir Porfirio Díaz exclusivamente para la investigación, difusión y docencia de la geología. Esta ciencia estudia detalles tan atípicos como la distancia que recorre una tortuga en 15 minutos o el volumen que acumularía en un millón de años una gota de agua por segundo. ¿Algo así como el Azteca? ¡Déscubrelo visitando este recinto! El edificio tiene un ligero desnivel hacia la izquierda; sin embargo, conserva la misma estructura desde su inauguración en septiembre de 1906. Por ejemplo, su fachada labrada en roca volcánica o bien, sus fósiles de amonitas (moluscos fosilizados en forma de espiral). Después de ver la gran escalera hecha en Alemania pero armada y recubierta en México, en tu recorrido no puede faltar una visitar al fósil de un mamut hallado en la carretera México-Puebla en 1926. Encontrarás tres salas dedicadas a la Tierra, petrología y mineralogía. Cada uno de los espacios tiene una descripción de qué estudia, para qué nos sirve y cuál es la importancia en la vida diaria. Es un museo para aquellos que no pusieron atención en la clase de ciencias naturales, pues con videos, maquetas y juegos explican el funcionamiento del planeta y sus minerales. Cada mes se organizan conferencias, pláticas, talleres y documentales.
  • Arte
  • Instalación
  • Zona Metropolitana
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
No está fuera de proporción el “domicilio conocido”, verdaderamente cualquiera puede llegar si sube, sube y sube hacia el punto más alto del cerro. El museo es feo, por qué no decirlo, pero es más feo que pocos capitalinos lo conozcan, especialmente porque acá pueden entenderse de un modo claro asuntos interesantes, como la ceremonia del Fuego Nuevo o la geografía del Valle de México. Recomiendo mucho visitarlo.
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  • Museos y centros culturales
  • Cuauhtémoc
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Dime qué zapatos traes y te diré quién eres. Este museo fue creado por la zapatería más antigua de México, El Borcegui. Se considera el tercero en importancia en el mundo, de alrededor de nueve de su tipo que existen. La colección nos transporta por un viaje de la humanidad a través de dos mil piezas de calzado y 15 mil miniaturas alusivas, donde encontramos tesoros y piezas originales impresionantes, como un zapato con tacón del rey Luis XIV de Francia, lujosas zapatillas que pertenecieron a la reina Isabel II de Inglaterra, las botas lunares que usó Neil Armstrong en 1969 y el enorme tenis del basquetbolista Magic Johnson. Las tendencias por década nos aclaran de dónde se están inspirando los diseñadores actuales. Si no lo tenías, de aquí sales contagiado del síndrome de Carrie Bradshaw.
  • Museos y centros culturales
  • Cuauhtémoc
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Este histórico recinto ubicado en el Palacio de la Escuela de Medicina fue sede del Santo Oficio de la Inquisición y posteriormente la escuela de medicina durante más de cien años, hasta 1954. Alberga una impresionante colección de objetos, instrumental y diversos materiales relacionados con la historia de la medicina, desde la tradición prehispánica y la herbolaria hasta proezas médicas actuales. Tiene una botica original del siglo XIX, modelos anatómicos en cera, gabinetes médicos de los primeros microscopios hasta una sala de exhibiciones temporales que presenta artistas contemporáneos que interpretan la colección. Sin duda, el tesoro del museo es la sala de embriología, única en el mundo, donde podemos admirar embriones y fetos reales en una secuencia de las etapas del desarrollo humano a partir de la cuarta semana y hasta previo al nacimiento. Cada último miércoles del mes participan en la noche de museos; además organizan espectáculos y recorridos nocturnos inspirados en el tema de la Inquisición en la Nueva España.
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  • Museos y centros culturales
  • Cine y TV
  • Juárez 
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Si algo hay que reconocer a quienes hacen posible la actualización del Museo de Cera de la Ciudad de México, es que los personajes —con excepción de la sección infantil, que parece más bien dirigida a las generaciones X y Y— corresponden al contexto histórico actual. A María Rojo le pusieron ropa y Lady Di ya no figura; sin embargo, se agradece que se cuente con la representación de Andrés Manuel López Obrador y Steve Jobs, entre otros que han estado en la boca de la población durante los últimos años, aunque Plácido Domingo siga cantando “Granada”. Las salas, que constan de música o video para ubicar de mejor manera a los visitantes, están divididas según el rubro al que corresponden los personajes representados (política nacional, internacional, arte, deporte, espectáculos, religión, horror, etcétera), aunque hay una que otra que cuenta con imágenes de chile, mole y pozole. Steve Jobs puede estar hombro con hombro con Elvis Presley, por ejemplo. Hay representaciones en cera muy bien logradas, una que otra a la que de plano no le atinaron —hay que hacer uso de la imaginación para reconocer al personaje— y otras en las que las imágenes coinciden perfectamente con la realidad, pero con la de los mejores años de la celebridad a la que se refleja. Aquí no se trata de ponerse exigentes, sino de asociar al personaje con las situaciones en las que se ve representado, así como de divertirse. Claro que si eres de ésos que se engenta con facilidad (o la convivencia con niños nomás no
  • Museos y centros culturales
  • Cuauhtémoc
Abrió sus puertas al público por decreto del presidente Adolfo López Mateos en 1975, en donde solía ser el Templo de la orden los Bethlemitas de Guatemala. Este lugar fue uno de los terrenos expropiados a la iglesia en tiempos de la Reforma, y sede de uno de los principales periódicos de 1848-1911, el Diario del Hogar, presidido por el antirreleccionista Filomeno Mata. El recinto contiene parte de la historia militar de nuestro país, que va desde la vestimenta mexica hasta la indumentaria de generales como Porfirio Díaz. También cuenta con una colección permanente de algunas armas que se utilizaron en la intervención estadounidense y en la Guerra de Independencia, e incluso se exhiben piezas de la primera aeronave construida en México –lamentablemente sólo queda una hélice y un motor-. Y ya que estás interesado en el lugar, échale un vistazo al jardín de la Triple Alianza.
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  • Museos y centros culturales
  • Arte y diseño
  • Roma
  • 5 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Si eres nuevo en la colonia Roma más te vale tener actualizada tu credencial del IFE, y no por motivos electorales, sino porque los vecinos pagan la mitad para entrar al Museo del Objeto del Objeto (MODO), enfocado en comunicación y diseño. Enhorabuena por el momento en que a Bruno Newman se le ocurrió clasificar y compartir las colecciones de objetos de las que se ha hecho con arduo trabajo y dedicación. En este museo, ubicado en una residencia art nouveau en la que alguna vez viviera el también empresario y especialista en relaciones públicas, se cuenta con un acervo de más de 30 mil piezas que adecuadamente clasificadas forman diferentes colecciones. Lo que aquí encontrarás, aparte de maravillosas curiosidades en la tienda del museo, son grandes momentos de entretenimiento y reflexión. Entre los objetos que se exhiben hay desde artículos de consumo de finales del siglo XIX (el refresco que tomabas de chico, el primer look de Pancho Pantera o el logotipo original de las marcas más famosas en México) hasta medios impresos en los que se aprecia cómo ha cambiado la manera en la que se difunden los mensajes, ya sea en propaganda, periodismo o publicidad. Si te gusta analizar la manera en la que nos relacionamos, te interesa el diseño (gráfico o industrial), eres adicto a analizar la idiosincrasia del mexicano o de repente lamentas haber tirado a la basura algún objeto que a la distancia creas que tiene mucho qué comunicar encontrarás este museo fascinante. Imágenes y mensajes s
  • Arte
  • Cuauhtémoc
Albergando ilustraciones relacionadas a la política mexicana que van desde los inicios del siglo pasado a la fecha, el olvidado Museo de la Caricatura guarda entre sus paredes un recuento de la historia política de México representada con dibujos. A 25 años de su creación, el museo no ha sido olvidado únicamente por los visitantes (no encontrarás dentro a más de cinco personas a la vez), sino también por sus propios curadores, en un espacio que luce viejo, empolvado y descuidado.   Entre las caricaturas que verás en sus pequeñas salas se encuentran imágenes con personajes como Porfirio Díaz, Lázaro Cárdenas, Luis Donaldo Colosio, Ernesto Zedillo y Vicente Fox, así como una breve muestra de algunas de las historietas de uno de los personajes de cómics más importantes de nuestro país: Memín Pinguín.   La visita resulta tanto aburrida como confusa ante el desorden cronológico presente entre las obras (puedes estar viendo una caricatura de Zedillo, seguida de una de Fox en 2004 y a continuación una relacionada al ataque del 11 de septiembre de 2001). Además, mientras algunas obras son “afortunadas” de contar con una pleca indicando su autor, nombre y año de creación (que es más bien un pedazo de papel pegado a la pared con cinta adhesiva), muchas otras obras ni siquiera cuentan con esa básica información.   Al concluir la visita, ni la cafetería en la que se venden antojitos mexicanos y refrescos ni la tienda de souvenirs, que parecen salidos de los ochenta, invitan a quedarse a
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  • Museos y centros culturales
  • Doctores
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Es un espacio que hace oda a la añoranza. Aquí vienes a recordar, a abrir una puerta a la infancia, o si se quiere, a ver a la sociedad mexicana a través de sus juguetes antiguos; de las figuras de superhéroe o personajes como Cantinflas y El Santo a las casas de muñeca, trenes y carritos, Barbies, y robots. No esperes fichas museográficas, la idea es que cada visitante tenga la experiencia de descubrir piezas que marcaron su infancia y comparta su experiencia con sus acompañantes. Todo se exhibe de manera poco convencional, en originales vitrinas fabricadas con material reciclado que nos remiten con nostalgia a otros tiempos. Se muestran más de 40 mil piezas de la colección que el arquitecto Roberto Shimizu inició hace unos cincuenta años, y que hoy es un patrimonio singular. El primer fin de semana de cada mes realizan CollecFest en el foro cultural MUJAM, un evento donde se conjuga arte, cine, música y coleccionismo.
  • Arte
  • Zona Metropolitana
Dos de los más grandes fans de María Félix han construido un salón museo dedicado a La Doña. En el lugar hay más de 4 mil fotografías y portadas en las que aparece el rostro de la diva, innumerables joyas y accesorios que usaba el ícono cinematográfico en sus mejores momentos. También se exhiben perfumes y algunos objetos decorativos de la casa original, que fueron vendidas por el heredero de la fortuna Félix. El salón museo está decorado de acuerdo al gusto que tenía María Félix por lo francés: cenefas doradas, muebles de madera con finos acabados, lámparas grandes, pinturas de personajes distinguidos, vitrinas y cómodas muy bien pulidas. Es un mito que este sitio sea una réplica de la propiedad ubicada en Hegel, Polanco. Este lugar sólo rescata la esencia del modus vivendi de La Doña. ¿Por qué visitarlo? Para conocer a la diva a través de sus objetos y de historias que nunca salieron a la luz pública. Detalle imperdible: El dueño posee una copia del testamento de la bella actriz. Pídele al guía que te lo enseñe.
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  • Museos y centros culturales
  • Juárez 
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Un museo que quisieras comerte. Esta casa de 1909 en la Juárez es punto de encuentro para amantes del chocolate, historiadores, artistas, chefs, productores y consumidores del cacao y su famoso derivado. La arquitecta Ana Rita García Lascurain creó un espacio dedicado a la investigación y difusión de conocimiento en torno a uno de los ingredientes más celebrados de la humanidad, que tiene su origen en México. Con una estupenda museografía, aquí conocerás parte de la historia, la producción, las propiedades y efectos del cacao y el chocolate, no sólo con el sentido de la vista, sino también con el olfato, pues hay un cuarto con las paredes recubiertas de chocolate donde el delicioso aroma te invade. Además, cuentan con una tienda de chocolate y cursos de cocina. No dejes de pasar por la galería, donde puedes admirar obras de arte inspiradas en o hechas con este versátil ingrediente.
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