Tansportémonos por un momento a los últimos años de la década de 1940. Desde acá, parece una Ciudad de México con ganas, hermosa. El muralismo se encontraba en uno de sus mejores momentos, Guillermo Haro inauguraba una próspera etapa para la astronomía nacional desde el Observatorio de Tacubaya, el Anahuacalli de Diego Rivera empezaba a proyectarse y el edificio de la Lotería Nacional era el más alto de la ciudad.
Se vivía en la época de Miguel Alemán, de pujanza y avances, en la que se decretó la expropiación de terrenos en el Pedregal de San Ángel para desarrollar una Ciudad Universitaria, pues el barrio universitario en el Centro resultaba insuficiente. Han pasado muchos años, pero por suerte -bueno, más por trabajo que por suerte- CU se mantiene igual de digna y relevante. ¿Qué tan bien la conocemos? Descúbrelo con estos puntos de partida.
Alberca Olímpica
Está cerca de "las islas" -a un lado del Instituto de Ingeniería-, pero no todos los visitantes toman en cuenta esta piscina que recibió a los nadadores internacionales en los Olímpicos de 1968. El conjunto que hacen la alberca para principiantes, la de recreo, la fosa de clavados, la de entrenamiento y la olímpica resulta armonioso y fotografiable (te aseguro varios likes en Instagram). Cerca, los frontones, muy padres por los muros de piedra volcánica.
Biblioteca Central
Una de las construcciones protagónicas de la Plaza de Rectoría. No desencanta ni siquiera a aquellos que la miran todos los días desde hace años. Su fachada de 4,000 metros cuadrados siempre es impresionante. Se lo debemos al pintor y arquitecto Juan O'Gorman, quien intentó narrar la historia de los mesoamericanos, habitantes coloniales y mexicanos contemporáneos. La consulta de los libros está disponible para todos, pero el préstamo es exclusivo para la comunidad universitaria.
Estadio Olímpico
Este "cráter arquitectonizado", como lo describió Diego Rivera, merece una visita tanto por sus virtudes arquitectónicas como por su importancia social: aquí se inauguraron los Olímpicos de 1968, es la sede de los Pumas y el mural La universidad, la familia y el deporte, de Rivera, es una de las obras mejor logradas de la ciudad. El estadio, en la zona poniente de Ciudad Universitaria, tiene 30 mil butacas y más de 130 palcos. Para organizar una visita hay que escribir a estadio@dgsg.unam.mx
Invernadero Ruiz Oronoz
En la Reserva Ecológica del Pedregal, a espaldas del estadio, se encuentra un importante invernadero de plantas tropicales que pertenece al Instituto de Biología. Desde 1966 sus paredes de piedra han recibido a investigadores, estudiantes y caminantes que se deleitan en un ambiente exuberante. Llaman la atención los árboles selváticos de hasta seis metros de altura. Hay que pedir cita al 5622 3022.
Filmoteca de la UNAM
Los amantes del cine también son, o deberían ser, amantes de esta filmoteca que alberga el mayor acervo cinematográfico de México, más de 40 mil películas. Para saber más hay que preguntar por José Manuel García, al 5622 9597. Si se le agarra de buenas es posible que les dé un paseo por las 13 bóvedas en donde se resguardan los filmes. En la tienda hay DVD difíciles de conseguir.
Hemeroteca Nacional
En la esquina de los circuitos Centro Cultural y Mario de la Cueva hay una excitante cueva del saber. Dan ganas de ser nini para pasar los días hurgando los periódicos locales de hace 50 años, revistas del siglo XIX o publicaciones francesas o españolas más o menos recientes Ya que se está aquí, es una buena idea visitar los prados cercanos al Instituto de Investigaciones Históricas, ideales para un picnic.
Museo Universitario Arte Contemporáneo
Para sentirse muy moderno, o mejor dicho muy contemporáneo, hay que visitar este museo, por lo menos, dos veces al año, y después comer en el famoso Azul y Oro del CCU.