Ramón Cordoba


Editor de Alfaguara México. No utiliza redes sociales y jamás editará un libro con mensajes extraídos de ellas
Twitter
“Lo veo de la patada. No recuerdo cuando fue que me di cuenta de que se podían escribir ficciones cortísimas, aforismos, greguerías, o minipoemas; todo es un camino, sólo que cuando tengo en mis manos un libro de aforismo, debo dosificarlos. Si leo varios van perdiendo poder y de eso no se salva nadie, ni siquiera Franz Kafka”.
Menos es más
“El postulado general aplicable a esta clase de géneros es que deben ser de gran potencia, es una bomba atómica, devastadora. Si la gente que tuitea pretende lograr ese efecto a diario y a cada instante estamos fritos. Está bien el soporte electrónico y no soy nadie para censurar, pero soy libre de no seguirlos porque me aburren rápidamente”.
Puro amor propio
“La fama es el motor detrás de la gente que está haciendo esto: ‘Quiero tener seguidores, quiero que sea público de inmediato, quiero que se vea, quiero hacerme notar’. A lo mejor estamos en la época en que cumple la profecía de Andy Warhol, que todo mundo puede aspirar a sus minutos de fama, pero luego de esos minutos de fama lo que queda es puro aburrimiento y olvido. Espero que nadie se haya planteado una fama perdurable, porque está muy difícil conseguirla de esta manera. A lo mejor también es el cumplimiento de la utopía de Borges: todo hombre va a tener su propia moneda, escribir su literatura y generar su propio arte”.
El futuro
El fenómeno es muy reciente y ni siquiera sabemos a donde nos va a llevar, pero a mi me gusta más la corriente slow, por más hipster que sea. El tuiteo, tal como lo conozco, está lleno de paja, de basura, de aburrimiento.