Durante 50 años, dos baños, baúles y roperos de la Casa Azul, donde vivieran Frida Kahlo y Diego Rivera, permanecieron cerrados bajo llave, a petición expresa del pintor. En 2004 se abrieron y se encontraron documentos, fotografías, obra plástica y una colección de prendas de Frida Kahlo, integrada por más de 300 piezas.
La muestra cuenta con 22 atuendos de Frida Kahlo, desde faldas y rebozos hasta corsés y trajes de baño nunca antes exhibidos. La curadora Circe Henestrosa, quien estudió a fondo la indumentaria de la artista, dice: “Esta exposición usa la ropa y los objetos personales de Frida para explicar la construcción de su identidad, a través de las vertientes de etnicidad y discapacidad”.
Su forma de vestir le permitía esconder flaquezas físicas y emocionales, le ayudaba a proyectar sus convicciones políticas y sociales, también a expresar su creatividad y sentido del color.
Además, en la Sala Vogue, se comisionó a diseñadores internacionales para crear piezas inspiradas en la artista.