El arte de hacer el oso

Todo mundo mete la pata y el gremio cultural no es la excepción. Te dejamos estos casos, unos más trágicos que otros

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El caballito tatemado

Típico que te confundes y usas ácido nítrico en lugar de solvente especializado para restaurar “El Caballito”, de Manuel Tolsá. Esta escultura sufrió daños en el 50% de su superficie al ser intervenida por Javier Marina Othón. El error de disolver la pátina que protegía el bronce original se escatima en alrededor de millón y medio de pesos. El INAH presentó una demanda ante la PGR ante quien resulte responsable.

Tan triste, Alatriste

¡No plagiarás! Si lo haces, tal vez podrías ganar el Premio Xavier Villaurrutia, pero tendrías que regresarlo al día siguiente, como le sucedió al escritor Sealtiel Alatriste, quien utilizó párrafos completos de Wikipedia, así como de autores españoles como Jesús Sánchez Adalid, para elaborar sus artículos publicados por un famoso diario de la ciudad.
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El archivo que (no) fue

El artista Enrique Ježik mandó un correo a la convocatoria del Premio arteBA-petrobras 2013, pero olvidó adjuntar el archivo con el que participaría. Esto resultó ser algo tan pero tan contemporáneo, que los jueces quedaron encantados y le entregaron el galardón. Esa fue la noticia que se viralizó y que provocó que el público se le fuera a la yugular al mentado arte contemporáneo. Pero todo fue mentira, en realidad el artista sí ganó con el proyecto Aguante (que se exhibe este mes en la galería Casa Rafael Galván, en Zacatecas 94, Roma), obra que consiste en un conjunto de hombres –incluido él– empujando un pedazo de mármol resistiendo al contrapeso de una máquina industrial.

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