La antigua casa patronal del Obraje de Contreras desluce en una curva del antiguo Camino Real, en el antiguo barrio de La Concepción, junto a un edificio ultramoderno ocupado hoy por el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), pero por fortuna de su patrio sobresale una cruz tallada en piedra que deja saber que ahí hay algo especial.
La construcción contigua a la iglesia de la Purísima Concepción sirvió de casa a los antiguos dueños de la fábrica textil El Águila y conserva impecable su fachada de piedra de cantera, balcones ciegos, ladrillos cocidos y madera genuina. El suelo –con baldosas reales, no materiales prefabricados como en otros pueblitos coloniales– invita a imaginar los pasos de un inspirado Juventino Rosas, quien habría compuesto en ese lugar su obra maestra, el vals Sobre las olas, cuando vivió ahí hacia 1888, según presume una placa avejentada.
Dentro del edificio, un final digno para un sitio tan cargado de historia: lugareños que aprenden talleres de pintura, danza, piano, grabados.
Es una lástima que el acceso a los patios no está permitido a un visitante cualquiera, pero con un permiso apropiado uno puede entrar al patio concéntrico y a los pasillos saturados de vigas, y presenciar el esplendor de la familia de don Diego y don Tomás Contreras.