Este remolque se convierte en una plataforma que funge como escenario. Es camaleónico, pues los elementos cambian de acuerdo a la puesta en escena. Lo interesante de este carro es que puede moverse a plazas, parques, escuelas o malecones, sin la necesidad de llevar técnicos.
El proyecto nació con alumnos de prepa y de licenciatura que buscaban un espacio, pero no tenían cabida en los recintos universitarios, a faltade la preparación necesaria para ello. La Dirección de Teatro de la UNAM, junto con las facultades de Ingeniería y Arquitectura decidieron armar el remolque.
“Actuar en el carro de comedias es un diplomado de actuación. Aprenden a proyectar la voz, perfeccionan su trabajo de improvisación y de contacto con el público”, explica Fernando Bernal, coordinador del Carro de Comedias.
Los fines de semana ya tienen una audiencia cautiva afuera del Centro Cultural Universitario, y entre semana siempre tienen invitaciones en festivales, en la Universidad Pedagógica Nacional, prepas y tecnológicos. Siempre en busca de espacios.
Para Fernando es muy importante acercar el teatro a todo tipo de público, sobre todo a el que vive situaciones difíciles, como entornos violentos. Por ejemplo, con su última temporada fueron al municipio de Jiménez, en Tamaulipas, a presentar La paz de Aristófanes. En una escena, el actor preguntó a la audiencia “¿quién me ayuda a liberar la paz”. Un hombre mayor del público gritó: “¡Jiménez te ayuda!”. Todo el público se unió a esa voz. Los actores no podían terminar la obra de la emoción. Al terminar, ya detrás del remolque, rompieron en llanto.