Librerías
Foto: Khrystell ZavaletaCasa Bosques
Foto: Khrystell Zavaleta

Breve ruta para ser un lector

El primer paso es adquirir un libro, por eso recorrimos el Centro, la Roma-Condesa y Coyoacán en busca de librerías de todo tipo; seguro encuentras un título que te enamore

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La forma más fácil de tener un libro es comprarlo. Ya que lo tengas en tus manos, déjate seducir.

Se dice que compartir gustos siempre ayuda a establecer una buena relación. No te preocupes, para todos hay. Literatura, diseño, fotografía, primeras ediciones, arte, históricos. Incluso, para presumir con los amigos, cual si de una maceta se tratara, o para armar tu propia biblioteca, que también puede apantallar.

El segundo paso para convertirse en lector es dejarse llevar por la pasión que despiertan los libros. No necesitas nada más.

Encuentra aquí a tu pareja ideal.

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Librería Jus
Librería Jus
Donceles 66 es un centro cultural que funciona como galería y esporádicamente organiza conciertos, eventos culturales y talleres. Da cabida a una sucursal de la pizzería del Perro Negro y a una librería, en un edificio de recinto, tezontle y cantera labrada de mediados del siglo XVIII. En los cincuenta, fue la primera sede de la Academia Mexicana de la Lengua. No te dejes engañar por la “vieja” inscripción en su fachada. Esta librería recién ofrece novedades de otras editoriales. Antes sólo tenía el catálogo de Jus, fundada por Manuel Gómez Morin; sí, el patrono del PAN tuvo una casa editora que Consuelo Saizar dirigió en los ochenta. Ahora destaca su intención por especializarse en libros de arte –principalmente de fotografía– relativos al Centro Histórico.
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Casa Bosques
Casa Bosques
Es iniciativa de Savvy Studio, un colectivo que lo mismo hace diseño –gráfico o industrial– que publicidad o arquitectura. Casa Bosques tiene la curaduría de Jorge de la Garza, quien también selecciona editoriales y publicaciones independientes. El acervo de libros y revistas está claramente marcado a la arquitectura, el arte, la moda y el diseño, pero también encuentras literatura, sobre todo esos títulos muy ciudados y que dan preferencia al diseño del ejemplar en sí. La librería ocupa dos cuartos bien iluminados y amplios –sobre todo por la disposición de sus muebles de madera– en una casona de la Roma que invita a la curiosidad y al sosiego. Puedes tomar el volumen que quieras y hojearlo de pie o en la sala que tienen frente a la caja. Sigue así hasta encontrar uno de tu agrado. Lo mejor es que su cuidada selección permite renovarla prácticamente cada mes. También ofrecen el servicio de búsqueda de libros y suscripción a revistas; es suficiente con declarar tu interés.
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La Torre de Lulio
La Torre de Lulio
Opción para verdaderos conocedores. Agustín –quien reconoce ser un tanto maldiciente, pero en realidad es un tipazo siempre dispuesto a hablar por horas sobre libros, escritores y la vida en sí– comenzó el proyecto, en 1995, en un local a la vuelta, sobre Nuevo León. En julio de 2012 fue amablemente invitado a desalojar y se mudó a este estrecho espacio donde encuentras libros viejos y raros, aunque no en oferta ni en ganga, sólo precios justos. Déjate llevar por las recomendaciones de Agustín. Tiene libros del siglo XVI, primeras ediciones y otras extravagancias que cualquier amante de los libros enviadiará, por eso no debes dejarlos solo, los libros no saben de fidelidad y se desnudan ante quien se atreva a abrirlos. La Torre de Lulio también compra colecciones. Le puedes llevar la herencia impresa de tu abuelo si estás en algún apuro económico, porque no encuentro otra razón para vender una biblioteca.
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Centro Cultural Elena Garro
Centro Cultural Elena Garro
Desde su anuncio generó polémica. Los vecinos se opusieron y la obra todavía es cuestionada, pero es una de las librerías más bellas de la ciudad. Las modificaciones de Fernanda Canales al inmueble original se traducen en un espacio de techos altísimos, muy iluminado y con verde por doquier. En teoría funciona como centro cultural, pero los eventos que organizan son más bien fortuitos. Te puedes perder horas en sus pasillos –como cuando las parejas hablaban por teléfono fijo sin temor del tiempo aire– admirando todo tipo de impresos; en serio, tiene una de las ofertas más grandes que puedas imaginar. La sección infantil, por ejemplo, despierta el deseo de tener un par de vástagos para disfrutar juntos alguno de esos muchos libros que aquí encontrarás, pero el amor por la lectura no llega a ese punto… todavía.

Lugares para leer

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  • Cuauhtémoc
  • precio 1 de 4
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  • Crítica de Time Out
Café Río
Café Río
¿Por qué habré puesto que el consumo promedio es de 100 pesos? Para que te animes a gastártelos en dos o tres tazas de café espresso, un pancito y una buena propina. Si te sobra, úsalo para el taxi de regreso. No dejes de tomarle una foto a la foto que hay en el espejo, en la cual aparecen dos clientes del Café Río: el ingeniero Slim y el expresidente español Felipe González. Se trata de una cafetería chiquita, que suele pasar inadvertida para todo el mundo, pero cuando uno entra, te transportas a otro tiempo, por más trillada que suene esta frase. El café es fuerte. Las mesitas encantadoras y los parroquianos silenciosos (así que nada de citar aquí a tu ex o a tus papás).
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  • precio 2 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Café Toscano
Café Toscano
Para el desayuno su especialidad son los chilaquiles. Para la tarde, pregunta por el quiche del día o consulta su menú de comida corrida en cafetoscanoroma.com. Uno de nuestros solitarios favoritos que suele frecuentar este lugar es Michael Nyman.
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  • 4 de 5 estrellas
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Café Avellaneda
Café Avellaneda
¿Qué mejor símbolo para el Centro de Coyoacán que una ardilla? El Café Avellaneda se adueña de este ícono y lo refleja en sus paredes azul turquesa, al estilo clásico antiguo de la región. Inspirado en el personaje Laura Avellaneda del libro La tregua, de Mario Benedetti, este pequeño y escondido lugar, definitivamente es un must al visitar la zona. Cinco bancos junto a la barra, dos mesas dobles y una banca a la entrada, ofrecen un espacio cómodo y tranquilo para tomar un café hecho a tu medida en compañía de los baristas y uno que otro cliente frecuente. A diferencia de otros locales, el Café Avellaneda no ofrece un menú; sino una especie de ficha técnica donde podrás consultar la historia del local –directo desde la Feria de la Piñata en Acolman, Estado de México–, las propiedades de un producto de excelencia y los distintos métodos de extracción y producción del café que vas a consumir. Elige, con ayuda del barista, entre el grano traído de Oaxaca, Chiapas o Veracruz y solicita en la “Barra de Métodos” que preparen tu café ya sea con el ripper, aeropress, la prensa francesa, un clásico expreso o la famosaiInfusión en frío, cuya preparación tarda al menos un día completo. Pero eso no es todo, para tener el mejor café hay que tener a los mejores recolectores. El producto que puedes consumir en Café Avellaneda se obtiene por medio de proyectos de sustentabilidad y apoyo económico a los campesinos que lo cosechan.  Café Avellaneda es delicioso, responsable y a tu medida.
  • Condesa
  • precio 2 de 4
  • 4 de 5 estrellas
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Manduca
Manduca
Un espacio que se mueve entre lo minimalista y lo barroco: una pared de ladrillo aparente pintado de blanco da la sensación de un lugar acogedor, el piso de mosaico garigoleado es negro y blanco, las sillas de plástico en colores un poco más estridentes, como el azul o el verde, un gran candelabro de vidrio cortado, espejos enmarcados y una barra de madera corrida, que funciona como asiento para los comensales, conforman la decoración de este establecimiento, en donde lo más rico es el pan, hecho todos los días por el chef Alejandro Everbush de origen alemán. Manduca quiere apostar por la panadería alemana y el estilo danés, por lo que para este mes el espacio se convertirá en un deli que te hará sentir como si estuvieras en un reloj cu-cú con el disfraz de tirolés alemán y toda la cosa. La escenografía será recreada por Roberto Bonelli, director de arte en el cine. La idea es ambientar el espacio con árboles de Navidad, velas verdaderas, madera, luces y sobretodo ofrecer a los clientes delicias alemanas como el pan stollen, de miel con especias, que algunas veces tendrá chocolate semiamargo belga, variedades de galletas navideñas debidamente decoradas, ponche tradicional y vino caliente Glühwein. Para lo salado la chef Elvia Miranda, quien normalmente prepara los mejores sándwiches de roast beef, tendrá sándwiches de pavo con la receta especial alemana y de bacalao tradicional. Lo más recomendable para tomar es un latte, ya que el barista hace las mejores figuras con la es
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