El inmueble es hermoso, quizá porque conserva ese ambiente de prisión. Alberga 40 mil ejemplares en lo que eran los talleres de la penitenciaría de Lecumberri, algo así como 4.5 kilómetros de materiales si los acomodamos en fila, según Enrique González Lagunas, responsable de la biblioteca del Archivo General de la Nación. El acervo llegó a este espacio a principios de los años ochenta, luego de vagabundear por varios espacios que le quedaron chicos, entre ellos un salón en Palacio Nacional.
Entre sus joyas, 4 mil libros antiguos (algunos del siglo XVII), más de 3 mil títulos de revistas y 2 mil de periódicos de los siglos XIX al XXI. Por su acervo, es considerada la segunda más importante del país.
La novedad es la biblioteca personal de Carlos Lazo, el arquitecto responsable de la edificación de Ciudad Universitaria, recién donada al AGN.
Esta colección, conformada por poco más de 8 mil ejemplares, presume el ejemplar sobre el Paricutín, escrito, pintado y dedicado por el mismísimo Dr. Atl. Es excelso. También encontrarás libros de arquitectura (obviamente) y literatura, género poco común en una recinto enfocado a la administración pública y la historia nacional.
El punto negativo podría ser su modelo, de estanterías cerradas. Pides un ejemplar y el bibliotecario te lo entrega. La ventaja es que te auxilian para definir mejor tu búsqueda, reduciendo el tiempo de investigación de días a horas. Aprovecha la visita y admira la copia de la Constitución de 1917, la de Venustiano Carranza, y el Acta de Independencia.