Es una de las cantinas de mayor tradición no sólo en la Santa María la Ribera, sino de la ciudad.
Los meseros son de esos señores que llevan años trabajando en este lugar, por lo que conocen y consiente a la clientela habitual y para los primerizos, ellos se encargarán de que su vaso nunca quede vacío.
La comida merece mención aparte: ¡es deliciosa! Ya sea que ordenes un caldo de camarón, unas carnitas o antojitos, todo tiene muy buen sazón. Su carta es realmente económica, por ejemplo, un corte de arrachera (merecedora de aplausos) está en $90 y los tragos van desde $45.