En un rincón de Arcos Bosques se encuentra Penny Lane, un restaurante-bar-boliche que provoca emociones encontradas.
Digamos que cuando uno escucha que un espacio se llama igual que una canción de The Beatles y que el personaje de Kate Hudson en Almost Famous, se emociona. Se emociona mucho y espera que, como mínimo, el lugar tenga una selección musical aceptable. Nada que ver con la realidad. En Penny Lane predomina el pop electro de calidad cuestionable a un volumen altísimo que hace difícil que puedas conversar y, ya que el bar no es tan oscuro como para que aproveches para ligar, el volumen se vuelve un problema.
Pero aceptemos que el lugar está coquetón. Después de todo, la ambientación es linda y los espacios son cómodos. El restaurante tiene un halo familiar, pero si te refugias en la barra, todo estará bien. Los cocteles clásicos son bien ejecutados (la apuesta segura es el mojito) y, sin que haya ningún tipo de código de vestimenta, la gente coincide en ir bien producida: chicos encamisados y chavas con vestidos perfectos para irse después a los antros que hay a la redonda.
“Bueno, ¿pero no que el objetivo es jugar boliche?”, puedes pensar. Pues sí. Sólo prepárate para soltar 800 pesos por hora de línea (ni que fuera de coca, pensarán algunos).
Eso sí, te divertirás mucho. No podemos negar que cualquiera la pasa bien entre margaritas, martinis y chuzas. En definitiva, es un buen espacio para el precopeo en un ambiente original. Nada más te advertimos: reserva. En serio hazlo porque siempre está lleno.
Además de servir como escala previa a la fiesta dura, el Penny Lane es un lugar original para festejar tu cumpleaños. Tan es así que hay paquetes especiales para hacerlo. Por 3500 pesos, tú y cinco amigos más pueden tener dos horas de boliche, dos pizzas, dos entradas, renta de zapatos gratis, pastel, globos y —fanfarrias— dos botellas a elegir con mezcladores y hielo para que nada te haga falta.