Alrededor del mundo, los bares de hotel tienen cierto prestigio que en México no se ha explotado. Aquí se cuentan con una mano y, entre esos pocos, destaca el recién remodelado bar del Hotel W. El servicio es impecable y el lugar es bastante cómodo, algo que uno descubre poco a poco, porque, a simple vista, parece que la decoración salió de una de las glamorosas, pero sórdidas novelas de Bret Easton Ellis.
Hay un aire de lujo viejo por ahí, pese al contemporáneo look del lugar. Dan ganas de beber y beber, reservar una habitación y, ya de una vez, visitar el spa.
Qué tomar: Mazapán martini (vodka, mazapán, Frangelico y un toque de licor de café).