Si alguna vez has ido a Escenaria, sabes que el lugar no se caracteriza precisamente por tener lugares con onda; más bien, es una plaza a la que puedes ir entre semana o el fin para ver una película o cenar, o para comer con tus amigos godínez. Afortunadamente Little Mommy, el nuevo bar que tomó hace dos meses el lugar que por mucho tiempo perteneció al Salute!, no se hace ilusiones al respecto.
En vez de eso, ofrece un espacio a gusto, con música decente, a buen volumen, para crudear, echar unas chelas sin prisa, o ir a ver un partido de fut con los amigos. El espacio cuenta con una terraza muy agradable que es prácticamente del tamaño del bar; afuera encontrarás tres televisiones que pasan deportes todo el tiempo, haya un partido importante o no.
Aunque lo anterior lo hace sonar como un sports bar, es un poco más que eso: además de una extensa carta de licores, tienen un menú amplio, que ofrece tanto sushi como pizzas, pastas, ensaladas y mariscos. Según me explicó uno de los socios, dejaron algunos de los platillos que mejor le funcionaban al Salute!, pero ampliaron la oferta, enfocándose específicamente en los mariscos.
Aunque en mi experiencia la mayoría de los lugares que ofrecen muchos tipos de cocina terminan por dar comida que no vale la pena, aquí la sorpresa fue agradable, pues tanto las tostadas de atún como el carpaccio de camarón que pedí estaban bastante buenos.
Lo único inexplicable es la imagen en general que le tratan de dar al lugar: los manteles y el exterior están llenos de frases que en vez de risa dan un poco de repele (el slogan del lugar es Arroz&Pachanga, frase que ni entiendo; el carpaccio de res se llama carpaccio de muu, ¿qué?) Sin embargo, ya estando ahí se te olvida, porque cumple con lo que es: no un lugar para que te vean o seas visto, sino uno para pasar el rato cuando no tengas nada por hacer.