A media cuadra del Metro Mexicaltzingo te espera un distribuidor artesanal de pulque auténtico tlaxcalteca, de Santiago Cuaula. Este pequeño local es operado por Antonio Lima, el mejor guía para disfrutar de los curados que ofrecen, conocer su procedencia y para atinar recomendaciones gastronómicas de lo que hacen en casa. Es una gran ventaja que abran desde las 10am porque te permiten considerarlos para un plan anticruda, un desayuno, comida familiar o una tarde de bebidas frías con quien sea. Todos los días se establece el menú. Hay desde pechugas de pollo rellenas de queso y tocino en salsa de chile cascabel, o un mole de olla con chochoyones —bolitas de masa, hasta unos esquites hervidos en pulque con costillas de cerdo al tamarindo. Para chuparse los dedos si además lo combinas con un sangre de conejo, un curado de tuna roja. Otra delicia es el curado de piña colada, o el de avena o el de mamey; los sabores especiados de su comida auténtica cocina mexicana con la acidez del pulque y su efecto espiritual, te harán concluir también que Casa Conejo es un descubrimiento que todos deben tener. Este mes, por cierto, les llega pulque de Santa Bárbara Otumba, Estado de México.
Cuando despertó, Mayahuel aún estaba ahí. Luego de miles de años, el pulque sigue deleitando paladares, tal como lo hizo entre los dioses en su origen mítico. Pero ahora en bares, restaurantes y cantinas, lejos de los tinacales y sin jícaras.
Sus hilos de baba son sorbidos con la misma fascinación entre ancianos que entre adolescentes; lo mismo en barrios populares que en zonas trendy. Sin embargo, hay un universo de distancia entre las barras azulejadas de las pulquerías clásicas del Centro Histórico y las mesas de diseño de la Roma y la Condesa.
Te presentamos lugares defeños para beber un buen pulmón, los tragos exóticos que debes probar y hasta una entrevista con un verdadero experto pulquero.